Ha habido una gran actividad en redes sociales todo el fin de semana por el ya célebre caso “Loret de Mola” y el “ataque” que recibió del presidente Andrés Manuel López Obrador, al exhibir en su conferencia de prensa “mañanera” del viernes pasado, el monto de lo que gana anualmente el famoso periodista, exintegrante de Televisa en su mejor época.

Yo quiero dar algunas humildes opiniones al respecto, sumándome a la avalancha de posicionamientos que he leído y escuchado estos últimos tres días.

1.- Carlos Loret de Mola se indignó que el presidente exhibiera públicamente los montos que percibe anualmente en sueldos u honorarios en los distintos medios para los que labora. Efectivamente, es un exceso presidencial por dos motivos: El primero, porque le da demasiada importancia a un personaje que eso es lo que está buscando; y segundo, porque ciertamente no se debería mostrar en una rueda de prensa nacional datos personales de cualquier individuo, y menos por el mismo presidente de la República. Sí, pero…

2.- Carlos Loret, al igual que muchísimos periodistas, exhiben diariamente lo que ganan y lo que obtienen por contratos, sueldos y haberes, cualquier político y no político, si eso es un buen golpe periodístico. Y entonces la misma queja la puede hacer cualquier personaje (público o no), de por qué razón un reportero o columnista publica datos privados de cualquier persona, y eso lo hace “un gran periodista”.

3.- El reportaje de Loret de Mola sobre la casa que rentaba el hijo del presidente fue un buen golpe mediático, pero también son datos privados, aunque se argumenta que puede haber un “conflicto de interés” por la propiedad de la casa que es supuestamente de algún directivo de alguna empresa que tiene contratos con PEMEX. Sí, está muy bien… pero igual de interés periodístico es saber los montos que ganan o han ganado periodistas nacionales como Loret, o López Dóriga, o Adela Micha o Juan Francisco Ealy, sobre todo si sus medios tienen convenios con entidades públicas hoy o en el pasado.

4.- Leo que muchos aseguran que el viernes y sábado se reunió “todo México” en torno al “hashtag” #TodossomosLoret y en defensa de la “libertad de expresión” y contra de “el dictador” que “ataca a un pobre periodista, porque exhibió a su malévolo hijo”. Perdón y con afecto a todos: Se reunieron 64 mil twitteros en su mejor momento. Pero esa cantidad de twitteros los tiene cualquier personaje público local más o menos conocido.

5.- Una vez más les informo: En TODAS las mediciones que hacemos de rating de medios y alcance de redes en internet, Twitter apenas reúne a un 3% o 4 % de personas. Por más que muchos quieran que Twitter sea una red social que “influye en millones”, la verdad es que sigue siendo de círculo rojo, de un grupo muy reducido de personas entre políticos, periodistas y figuras públicas… que nos leemos unos a otros.

6.- Pero lo peor para los enemigos twitteros de López Obrador: Lo que logró el presidente (no sé si a propósito, pero como haya sido, le salió extraordinariamente bien) es que sus millones de seguidores también se unieran en su defensa y ahora contra Loret de Mola y “la derecha” malvada que ataca a su líder. Y ahí sí sigue siendo la mayoría de la población.

7.- O sea, los opositores a López Obrador (que son LOS MISMOS que no votaron por él y jamás lo harán) caen una y otra vez, y ellos mismos despiertan a las huestes fieles al presidente y su partido para que lo defiendan a muerte.

8.- Finalmente, lo siento, pero Carlos Loret de Mola no es para mí el prototipo de periodista honesto y adalid de la verdad. Durante años trabajó para Televisa y jamás atacó al poder en turno (fuera el que fuera), y también es famoso por sus perversos montajes para dar “golpes periodísticos”. Y no defiendo a López Obrador, aclaro, pero me da risa que los que hoy “denuncian al cuasi dictador” nunca abrieran la boca cuando tuvimos uno igual o peor en Puebla hace unos años (por supuesto hablo de Rafael Moreno Valle), que amenazaba y presionaba a través de sus secuaces, como el que hoy es huésped de un Penal federal de máxima seguridad en Durango.

Es cuanto.

 

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