Este 2021 se colocaron 35 altares nuevos en el municipio de Huaquechula, para retomar su tradición luego de un año de suspensión a causa de la pandemia.
Durante todo el fin de semana, así como el 1 y el 2 de noviembre, miles de paseantes recorrieron el municipio para admirar al trabajo de los artesanos de la región y el fervor de las familias.
La familia Vivaldo Camacho colocó la ofrenda más grande este año. Midió 13 metros de ancho por 5 de fondo. Incluyó los tres niveles y el satín y decoración blanca, además de manteles, la imagen de la Virgen de Guadalupe y los tradicionales llorones, las figuras de yeso de niños secando sus lágrimas.
Invirtieron 200 mil pesos, la mitad de estos recursos para el material y el pago al artesano que elaboró la ofrenda. El resto fue para comprar pan y chocolate, además de los insumos para el arroz y el mole que se compartió con los visitantes.
En el municipio se acostumbra instalar tres tipos de ofrendas, las nuevas –para quienes murieron en el último año-, las tradicionales que se colocan en todas las casas para sus seres queridos y las de las almas solas, para aquellos difuntos que ya no tienen quien los recuerde, estas tienen una veladora y un vaso de agua en los accesos principales de las viviendas.
Este año, el sendero de las ánimas de instaló frente al exconvento en honor a tres artesanos que perdieron la vida en los últimos meses por Covid-19. A ellos también se les colocó un altar monumental que se convirtió en el más visitado del lugar.