Hace unas semanas en este mismo espacio ensayábamos la analogía del futbol mexicano como si fuera un salón de clases; ahora con la fase regular del mediocre Apertura 2021 ya finalizada, la analogía se puede completar: América, Atlas, León y Tigres fueron los alumnos más destacados y por eso exentaron el primer examen del semestre que se disputará tras la fecha FIFA de noviembre. Santos, Toluca, Puebla y Cruz Azul fueron los que lograron una mención honorifica por lo que tendrán el derecho de jugar como locales en el primer examen semestral, mientras que Monterrey, Chivas, Pumas y San Luis fueron los que pasaron de panzazo pero deberán presentarse a los exámenes, dejando a Mazatlán, Necaxa, Pachuca, Juárez, Querétaro y Tijuana como los reprobados, lo cual habla muy mal de ellos.

Claro que puede ser discutible que el campeón Cruz Azul tenga mención honorifica cuando dejó ir dos goles de ventaja ante Pumas https://www.youtube.com/watch?v=1OHBo-WClUE, resultado que le habría significado recibir al San Luis y no al Monterrey, claro que es discutible que un equipo como Toluca con ocho juegos sin ganar, de los cuales fueron cuatro derrotas, todavía obtenga esa mención honorífica y claro que es discutible que una escuadra con el presupuesto de Monterrey todavía tenga la posibilidad de maquillar su pobre desempeño https://www.youtube.com/watch?v=DS_1VjRriQs, pero la realidad es que esta escuela llamada Liga Mx se caracteriza porque sus profesores son muy barcos y suele dar muchas oportunidades a los alumnos con tal de recibir más colegiaturas y ganancias; claro que este sistema privilegia la mediocridad aunque los jilgueros traten de emocionar con juegos como el Pumas contra Cruz Azul de ayer, cuando la realidad es que para vivir un duelo de estas características tuvimos que soportar 16 jornadas de partidos, en lo general, mediocres.

Pero hay un equipo en especial al que la mención honorífica le queda como anillo al dedo y es el Puebla de la Franja https://www.youtube.com/watch?v=c9rzAhhZJ6A, una escuadra que sufrió bajas importantes con respecto a la temporada pasada: Perg, Reyes, Fernández y Ormeño, que en plena pretemporada sufrió un brote de Covid-19 que le obligó a cancelar su gira por Estados Unidos donde realizaría varios partidos de preparación, por lo que llegó al inicio del torneo con apenas dos juegos amistosos y en la Fecha uno sufrió la baja de Daniel Aguilar quien estaba llamado a ser el acompañante del capitán Javier Salas en el mediocampo. En esos primeros duelos del campeonato, el Puebla lucía perdido de ideas ofensivas hasta que dos inventos le dieron al técnico la estructura que buscaba: Ferrareis como carrilero por derecha y George Corral acompañando a Salas. Hace unas semanas comparábamos al equipo de la Franja con el estudiante machetero, ese que sabe que alguna materia le cuesta mucho trabajo, que no le entiende pero que busca ayuda o se pasa las tardes estudiando para mejorar su rendimiento y así mejora y hasta termina explicándole a sus compañeros.

Esa manera de trabajar mucho permitió que el técnico encontrara soluciones, que el resto de su cuerpo técnico puliera detalles como el nivel físico ya que cada partido que pasaba el Puebla crecía en prestaciones, permitió también que varios jugadores alcanzaran su mejor versión como Christian Tabó, Israel Reyes, Juan Pablo Segovia, Javier Salas y Pablo Parra, permitió que aparecieran jóvenes destacados como Alberto Herrera y que algunos otros mostraran una tendencia a la alza como Maxi Araújo y Emanuel Gularte, sin olvidar a esas piezas que resultaron claves para la reacción poblana: Gustavo Ferrareis y George Corral, ahora muy asentados a sus nuevas posiciones.

La radiografía del Puebla en el Apertura 2021 no deja mentir y demuestra que esta mención honorifica para el séptimo lugar de la tabla es más que merecida. De la fecha 1 a la 8, el equipo camotero sumaba una victoria, en la fecha siete por 1-0 ante Querétaro, cuatro empates y tres derrotas todas por 2-0, por lo que su diferencia de goles marcaba seis goles a favor y 11 en contra para -5. Luego vino el juego de la fecha nueve como visitante ante Santos Laguna considerado como un servidor como el despertar futbolístico del equipo, un juego que dominó a placer pero en el que no fue contundente y terminó igualado a uno en el último minuto. A partir de la fecha 10, el Puebla ganó cinco (tres de ellos en calidad de visitante incluyendo uno ante el segundo lugar de la tabla), empató uno y perdió dos (ambos en casa y con polémica arbitral) con ocho goles a favor y tres en contra para una diferencia de +5. De esos ocho juegos finales sólo en dos recibió goles en contra para finalizar como una de las seis mejores defensivas del campeonato.

Nicolás Larcamón logró darle identidad a este Puebla a pesar de las problemáticas enunciadas anteriormente y para ello hizo uso de una de las ideas claves en su forma de entender el futbol: Los jugadores tienen que realizar funciones en el terreno de juego antes que atender a las posiciones con las cuales nos hemos casado en los medios de comunicación, fue fiel a su ideario de modificar pequeños detalles para cada partido y volvió a hacer uso del famoso partido a partido que reiteró tras conseguir el boleto a la reclasificación que se jugará en casa ante Chivas. Hace unos meses el gran torneo del Puebla significó que muchos voltearan a ver a Salvador Reyes (hoy con gran nivel en el América) y hoy algunos analistas empiezan a candidatear, no sin razón, a Israel Reyes para la defensa central de la selección nacional, sin dejar de reconocer que Christian Tabó ha vivido sus dos mejores torneos en el futbol mexicano bajo el mando del argentino y ahora, también se vale decirlo, se ha convertido en el comandante ofensivo de la escuadra poblana.

Un mal inicio que el cuerpo técnico y los jugadores convirtieron en un buen certamen otra vez sobrepasando la cifra de los 20 puntos, escribiendo un año calendario de 52 puntos lo que se traduce en que el Puebla, por primera vez desde que hay torneos cortos, disputará su tercera fase final consecutiva y, sobre todo, que el tema del cociente por el momento se ha superado ya que en una hipotética tabla para el ciclo 2022-2023 hoy el Puebla lo iniciaría en el séptimo lugar lo que significa un gran avance para una institución que había sido azotada por esos fantasmas los últimos 26 años. Al final esto que ha conseguido el equipo de Larcamón también es un reflejo de una mayor estabilidad administrativa que sí ha conseguido la actual directiva.

El Puebla recibirá en casa el partido de recalificación lo que significa una nueva oportunidad de seguir reconquistando a una afición que se volvió rejega pero que ve con ilusión a una escuadra trabajadora, con dosis de buen futbol y que cree en sus virtudes. Si los camoteros logran avanzar estarán igualando un hito institucional: Tres liguillas consecutivas (estar entre los ocho mejores del torneo) hecho que no se consigue desde la época dorada del club cuando desde la campaña 84-85 hasta la temporada del subcampeonato ante León, la 91-92, se clasificó a nueve en fila, por lo que la escuadra de Larcamón está muy cerca de trascender, una palabra que también comparte el grupo de jugadores y el cuerpo técnico.

Sin embargo, vale la pena resaltar que pase lo que pase el fin de semana del 20 de noviembre, este Puebla ya tiene una mención honorífica porque regresó de muchas adversidades para encontrar su mejor nivel físico y futbolístico y llevar los juegos a la zona en la que aparecían las muchas virtudes de este grupo y se escondían las no pocas carencias. El Puebla cerró muy fuerte y ahora luce como un rival incómodo para el que sea porque hay otras virtudes que le dan esa fortaleza: Deseos de trascender y unidad y ese tipo de equipos en fases decisivas son los más difíciles de vencer.

@abascal2

El Blog de Puebla Deportes por Antonio Abascal