La familia Jenkins, refugiada en una casona de California, en Estados Unidos, sí fue autora del desfalco de la fundación filantrópica del empresario estadounidense William O. Jenkins, en donde existen unos 700 millones de dólares.
En efecto, también decidió mudar la fundación, patrimonio de los poblanos, a Aguascalientes y luego a Barbados y Panamá, dos lugares no sólo remotos, sino convertidos en centros de lavado y evasión fiscal.
También es cierto que esa rama de la familia, integrada por Roberto, Margarita, María Elodia Jenkins y la matriarca, doña Elodia de Landa, radica en San Diego, California desde donde litigan a través de un despacho y financian a un vocero feroz, como Enrique Rodríguez, con dinero que llevaron de la propia Fundación Mary Street Jenkins.
Lo anterior se desprende de un amplio y puntual reportaje publicado este fin de semana por el reportero Pablo Ferri, en el diario madrileño El País, cuyo título sugiere: La Guerra de los Jenkins.
El trabajo relata el inicio de los desencuentros entre los miembros de una dinastía llamada a la polarización a partir de la intención de sus integrantes por meter mano en los estatutos de la fundación, para incluir a algunos de ellos en patronos.
Contrasta la versión de los entrevistados con la artificiosa estrategia discursiva del vocero de la familia evadida en Estados Unidos, el exreportero de Televisa, Enrique Rodríguez, que ha sostenido que el gobierno de Puebla y su gobernador, Miguel Barbosa, pretenden apropiarse de los recursos de la Fundación Mary Street Jenkins.
Fueron el exgobernador Rafael Moreno Valle y su exsecretario de Gobernación, Luis Maldonado Venegas, quienes ambicionaban apropiarse de los bienes heredados por el filántropo estadounidense.
“(…) aquel movimiento trataba de poner a salvo los activos del instituto, ambicionados por el primogénito y por el Gobierno de Puebla, entonces bajo el control de Rafael Moreno Valle, del PAN. Para Guillermo Jenkins de Landa, la historia es bien distinta. ‘Estos argumentos de que están salvaguardando la institución es lo más cobarde que yo he escuchado. ¡El fundador ganó todo su dinero en este país y se lo destinó a México!’, exclama”, se lee en el texto de El País.
La versión de ambos bandos confrontados coincide con una verdad que incomoda a un segmento de la opinión pública disonante con la forma de ejercer el poder a partir de la llegada de la Cuarta Transformación: sí hubo manipulación a modo de los estatutos de la Fundación; la riqueza acumulada también fue llamada a otros destinos, lo que contravenía la visión filantrópica del fundador, y también intentaron llevarse la UDLAP fuera de Puebla.
Un dato adicional que deberá ser visto con detenimiento: La actuación de los difuntos Moreno Valle Rosas y Maldonado Venegas, a través de la Junta para la Asistencia de las Instituciones de Asistencia Privada.
Ambos políticos han fallecido: el primero está por cumplir tres años el próximo 24 de diciembre; el segundo perdió la vida el 30 de abril de 2019, pero el legado ahí está en las páginas de El País.
Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado