La última y nos vamos
El próximo viernes, el Congreso de Puebla tendrá una nueva Mesa Directiva. Las y los legisladores que formaron parte del Legislativo en turno deberán decir adiós a la dieta y, en algunos casos, a su incipiente carrera política.
Entre los que, se puede adelantar, irán a la banca por un buen rato, están Marcelo García Almaguer, el legislador a quien premiaron con una curul sin haber ganado un solo voto, que salió y regresó al PAN, sin que los panistas de verdad crucen una sola esquina.
Otro que ya no se le verá por algún escenario público es Héctor Alonso Granados, rodeado de escándalo y acusado de misógino y xenófobo, no obstante haber llegado de la mano de Morena.
Y desde luego, José Juan Espinosa, evadido de la ley y escondido en Centroamérica para ponerse a salvo de las investigaciones de la Fiscalía General del Estado. No habrá más show legislativo, dicen.
¿Será?
Los cambios, próximos
La totalidad del pleno de la Cámara de Diputados en la futura Legislatura abrirá la puerta a nuevos cambios en la estructura gubernamental, que nada tiene que ver con Gobernación ante la salida de Ardelio Vargas Fosado como subsecretario.
Los enroques, cambios y ¿despidos?, podrían involucrar a por lo menos tres secretarias. ¡Qué nervios!
¿Será?
Alcántara, a la cargada
La visita de Marko Cortés a Puebla permitió ver dos aspectos que ya se habían ventilado en círculos panistas. Que el dirigente de ese partido traía agenda a modo con tal de no encontrarse con liderazgos que resultan críticos y, por tanto, incómodos a la dirigencia local y nacional.
La otra, que el panismo de hoy es cada vez más cercano al PRI del pasado. Vaya, hasta cargada hubo por parte del futuro coordinador de los diputados locales del PAN, Eduardo Alcántara, y de Carolina Beauregard.
Como decía el cantautor Juan Gabriel, que bien pudo haber dicho el PRI en Puebla: “Te pareces tanto a mí, que no puedes, que no puedes engañarme”.
¿Será?
Con los gatos, no
Bien valdría la pena que la secretaria de Medio Ambienteestatal, Beatriz Manrique, intervenga en la Secretaría de Trabajo, de donde gente sin criterio ni humanidad quiere echar a dos gatitos -uno de ellos invidente- a la calle.
¿Será?