César Arturo Ramos Palazuelos es gafete de FIFA desde 2014, fue el único juez mexicano en el Mundial de Rusia 2018, ha pitado el Mundial de Clubes, Eliminatorias Mundialistas pero, ¿de verdad es un buen árbitro? En cada presentación, Ramos termina siendo el protagonista ya sea por un penal inventado, por no sacar tarjetas, por hacerse el chistosito o por aguantar que André-Pierre Gignac le grite a la cara. Está llegando a su fin la mentira que César Arturo es buen nazareno.

Mucho podían criticar a árbitros como Marco Antonio Rodríguez, quien aplicaba el reglamento a rajatabla, y quien en muchas ocasiones terminaba siendo protagonista por sus decisiones sin tocarse el corazón; sin embargo nadie podía negar la calidad de Chiquimarco, algo que no podemos decir de Ramos Palazuelos.

Y es que lo del árbitro en el Clásico Nacional fue lamentable. Tuvieron que pasar solamente 45 minutos para que el central demostrara su incapacidad para pitar en primera división y queda claro que si lo hace es por un ser un discipulo de Arturo Brizio Carter, presidente de la Comisión de Arbitraje.

Se le escapó una tarjeta roja para Cristian Calderón por una plancha sobre Jorge Sánchez y minutos más tarde el jugador de América aprovechó una serie de empujones para meterle un zape al rival, situación que ni Ramos ni sus asistentes vieron.

En la agonia del primer tiempo, Miguel Ángel Ponce y Henry Martín se enfrascaron en una bronca tras una jugada en el área del Rebaño. Como si se tratara de una pelea del barrio, Raúl Gudiño tomó por el cuello a Martín mientras Ponce le picó los ojos. Lo increíble fue que César Arturo Ramos estaba a escasos dos metros ¿y qué hizo? Sacó tarjeta amarilla.

Sí, lo de Ramos Palazuelos es de terror, ¿qué diremos de quienes manejan el VAR? Se supone que esta herramienta está para asistir al árbitro, para ayudarle en acciones que, por la naturaleza del juego se escapan. Pero pareciera que quienes lo manejan no están lo suficientemente capacitados o posiblemente no quieren marcar ciertas jugadas por intereses externos.

Lo rescatable del Clásico Nacional es el buen juego que nos regalaron América y Chivas. Tampoco diremos que fue un espectáculo digno reconocimiento internacional; sin embargo, aunque nos fuimos sin goles, hace varios torneos que no veíamos un Clásico con tantas llegadas, buenas atajadas e intensidad en ambos tiempos.

 

Por Alfredo González

@AlfredoGL15