Las noticias en las redes sociales fluyen como lo que lleva el caudal en los canales de aguas negras, sobre lo que fueron ríos, igual confluye hierba, basura, tóxicos y lodo.
Mientras en ese tenor, en el de los desechos, transcurre la discusión pública en México, donde pasan muchas cosas, muchas de las cuales están lejos del foco público.
Mucho se ha discutido sobre el aeropuerto que dejó en cimientos la administración Peña Nieto y del cual la nueva administración determinó construir una terminal distinta en un punto lejano. Todos hablan de los gastos, las políticas públicas y ponen acentos en los argumentos que destruyan al oponente, mientras que todos han perdido de vista a los pueblos originarios que denunciaron desde un inicio el atropello de llevar la obra a Texcoco y el desastre ecológico que implicaba. No solo fueron ignorados por los medios, fueron minimizados por los gobernantes en turno y sus voces siguen en la oquedad.
Pasa igual en la Mañanera presidencial. La labor de la reportera del sitio Pie de Página evidenció un comportamiento denigratorio con los representantes de los medios.
De frente, natural y enfática le dijo al mandatario que su voz es la del presidente y todo lo que dice importa, es por ello que muchos politiquillos se han reflejado en él para crear su paranoia personal sobre la crítica política y hacen un escarnio injusto de un gremio vapuleado.
Reyna Hayde Ramírez también da una lección al otro bando, cada vez que va a la Mañanera dignifica el ejercicio periodístico y nos muestra el jugo que se le puede sacar, aún con todo y sus asegures, al diálogo matutino. Pregunta, insiste, inquiere, va al fondo, reformula y replica al mandatario que se suelta con ella como con pocos. Siempre respetuosa, pero sin ceder en sus preguntas.
De la misma forma, los desafueros de Saúl Huerta y Mauricio Toledo, que pasan por un sinnúmero de adjetivos y siniestros argumentos que buscan cobrarles deudas no adquiridas, pese a sus comportamientos ominosos.
De igual forma, estos personajes han sacado a relucir lo peor de la burocracia del partido en el Gobierno, que misteriosamente terminó por retrasar hasta la última hora el hecho, apoyado un poco por una oposición que por un lado exigía quitarles el fuero y por el otro votaba en contra o en abstención, zopiloteando el escándalo hasta sus huesos.
Sin embargo, todos, muchos o una inmensa mayoría, han decidido omitir el papel de las víctimas de ambos legisladores, que siguen el clamor de justicia y no han podido acceder a la justicia en el país donde reina la impunidad.
Las noticias fluyen por las cañerías que son bien alimentadas por zopilotes, enarbolando una bandera de justicia que desconocen, lejos de las verdaderas causas, cerca de la iniquidad, la arbitrariedad y el atropello, la sinrazón y el hastío.
La labor está en saber andar entre el fango, buscando pisar firma y lograr salir sin salpicar.