Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 iniciaron tras un año de postergación y aunque las noticias de casos positivos de Covid-19 en la Villa Olímpica y en la llegada de los atletas al aeropuerto se han convertido en una triste rutina, la actividad deportiva arrancó desde el martes (tiempo del centro de México) y este viernes se llevó a cabo la ceremonia inaugural en el Estadio Nacional. Una ceremonia distinta, sin público, pero llena de simbolismos y una muestra de los nuevos tiempos que vive la humanidad.

Hubo tiempo para reconocer a los cuerpos sanitarios de todo el mundo, para hablar de la resiliencia de la humanidad ante una pandemia que no cede, para reconocer a un anfitrión que mantuvo los Juegos a pesar de la oposición de una parte de su población, también se recordó a las personas que han fallecido a causa de esta pandemia, se recordó a los atletas israelís que fallecieron en el atentado de Múnich 72, también se hicieron llamados para el cuidado del medio ambiente (en los aros olímpicos que se “construyeron” en el centro del estadio en la primera parte de la ceremonia se utilizó madera que había formado parte de alguna sede de los Juegos de Tokio 64), la equidad de género tuvo protagonismo cuando la mayoría de los países desfiló con dos abanderados, un hombre y una mujer incluyendo a nuestro país con la golfista, Gaby López y el clavadista, Rommel Pacheco, el equipo olímpico de refugiados desfiló en segundo lugar, tras Grecia, con Yusra Mardini y Gabriyesos Tachlowimi con la bandera olímpica lo que también lanza un mensaje sobre la situación de distintas personas que han tenido que dejar a sus países por cuestiones políticas, buscando mayores libertades. Japón le dio fuerza a su impacto en los videojuegos con la música con la que se acompañó el desfile de las naciones.

La primera imagen de la ceremonia inaugural fue muy poderosa ya que fue una línea del tiempo desde que en 2013 Tokio superó a Estambul y Madrid para ser elegida para ser la sede de los Juegos de la XXXII Olimpiada en 2020, se recordó a Río 2016 y se llegó a los festejos por un nuevo año el 1 de enero de 2020, días previos a que la pandemia sorprendiera al mundo y obligara a la cancelación de los juegos que se representó como un apagón, hasta que a través de las historias de los atletas que siguieron entrenando en casa y bajo condiciones muy difíciles se dio paso a una reactivación lenta en la que todavía estamos, pero que para los mejores atletas del mundo representa llegar al máximo escenario para lanzar una serie de mensajes porque no todo se trata de ganar medallas y calificar cada prueba a partir de las etiquetas de “éxito” o “fracaso”, sino que en muchos casos llegar aquí ya es un gran éxito, romper una barrera como las atletas de softbol de nuestro país, la tapatía Jane Valencia quien hará que por primera vez México participe en la lucha femenil, la poblana Sofía Reinoso (ya este fin de semana) logrando que la bandera nacional esté presente por primera vez en el canotaje-slalom, al igual que las gimnastas Dafne Navarro, en trampolín, y Rut Castillo en la rítmica.

Por eso, los Juegos Olímpicos son especiales y aunque son entendibles las preocupaciones por los casos positivos de Covid-19, la ceremonia inaugural de Tokio, llena de sobriedad, representa una buena noticia. Los Olímpicos en lo general y los atletas en particular representan la capacidad de superación del género humano, cada marca que caiga (en Tokio 2020 ya hay un récord olímpico en el tiro con arco femenil) representará que se puede llegar más rápido, saltar más alto, más fuerte, cada historia de los atletas significará un mensaje motivacional porque al final los juegos olímpicos son un escaparate para medir  a dónde hemos llegado como género humano, los adelantos que hemos tenido y para darnos cuenta de los problemas que tenemos en el mundo. En los últimos años hemos visto a nuevas naciones ganar sus primeras preseas, por ejemplo, Croacia en Barcelona 92 con el baloncesto no sólo permitió conocer en la esfera mediática a sus grandes jugadores, sino que presentó ante el gran público los temas de nacionalismo que van ligados a su deporte.

Tokio 2020 serán los primeros juegos sin Usain Bolt y sin Michael Phelps, pero hay nombres propios a quienes seguir y cuyas historias también lanzarán mensajes poderosos a la humanidad: Novak Djokovic quien ya ganó tres torneos de Grand Slam en este 2021, Australia, Roland Garros y Wimbledon, pero que afronta dos retos más ganar el Grand Slam (los cuatro grandes en el mismo año) para lo cual le falta el Abierto de Estados Unidos, lo cual no sucede en los varones desde el australiano, Rod Laver en 1969, pero además aspira a ganar el Grand Slam Dorado, es decir, ganar los cuatro grandes en el año y además la medalla de oro olímpica, algo que sólo ha ocurrido en las damas cuando la alemana Steffi Graff lo logró en 1988 ganando brillantemente los cuatro torneos y agregando el oro olímpico en Seúl 88 tras derrotar en la final a la argentina Gaby Sabatini https://www.youtube.com/watch?v=d4oxPjwddM0, justo cuando el tenis regresó a la esfera olímpica tras una ausencia de 64 años ya que tras ser parte del programa olímpico en las primeras justas y ser uno de los deportes que les abrió sus puertas a las damas desapareció del olimpismo después de París 1924. Djokovic, un serbio en busca de un hito, es entrenado por el croata Goran Ivanisevic quien ganó Wimbledon, un mensaje tras la cruenta guerra de los Balcanes de los 90’s.

Simone Biles buscará alargar su leyenda olímpica tras ser la reina de Río 2016 lo que además significaría un nuevo mensaje de resiliencia tras reconocer que fue una víctima más de los abusos del doctor Larry Nassar en el escándalo que significó destapar la cultura de abusos físicos y mentales y de encubrimiento que rodeaba al talentoso programa de la gimnasia femenil estadounidense. Shelley Ann Fraser, la jamaiquina que portó la bandera de su país, buscará ser la primera mujer en ganar la medalla de oro en tres ediciones olímpicas en los 10 metros planos; regresando al tenis, en la rama femenil hay mucha expectativa para ver a la local, Naomi Osaka quien tras ganar este año Australia se retiró de Roland Garros donde reconoció problemas de ansiedad y depresión lo que puso sobre la mesa la importancia de cuidar la salud mental de los atletas, no participó en Wimbledon, por lo que actuar con el peso de ser una esperanza de medalla para el país anfitrión también puede ser un mensaje poderoso, iniciando por el hecho de encender el pebetero de Tokio 2020, apenas la tercera mujer que lo hace en solitario en la historia olímpica tras Enriqueta Basilio en México 68 y Cathy Freeman en Sídney 2000, sin olvidar su compromiso con la lucha contra la discriminación racial.

La lista de mensajes ya empieza a tener momentos para la polémica porque el COI, amparado en su artículo 50 de la Carta Olímpica, no ha aceptado la posibilidad de manifestaciones en contra del racismo y aunque ha ido flexibilizando su postura al permitir que los atletas puedan hacer declaraciones sociales en las ruedas de prensa, el hecho de no aceptar que los atletas se hinquen antes de sus competencias ya ha creado ruido porque en el futbol femenil, varios equipos sí lo hicieron. Sin embargo, el juramento olímpico fue modificado para alargarlo y hacer un llamado en contra de la discriminación, de cualquier tipo, y para ratificar el compromiso olímpico con la equidad de género.

El famoso lema “más alto, más rápido, más fuerte”, (creado por el domínico Henri Didon, contrario a lo que comúnmente se sabe ya que se le atribuye al Barón Pierre de Coubertain), fue modificado para introducir el término “juntos” lo que habla de la importancia de la unidad en estos momentos frente a la pandemia, una unidad en la diversidad de opiniones y formas de pensar, un espacio de la ceremonia que ofreció el momento ideal para presentar la tecnología con la que asociamos a los japoneses ya que miles de drones formaron el logo de los juegos y luego el globo terráqueo mientras un coro de niños entonaba la canción “Imagina” del británico John Lennon junto con un video donde participaron cantantes que representaron a todos los continentes, entre ellos Alejandro Sainz y Keith Urban.

Los Juegos Olímpicos están en marcha abriendo un espacio de 17 días donde veremos a los mejores atletas del mundo competir, nos centraremos en sus logros, admiremos sus marcas, nos emocionaremos con la posibilidad de preseas para nuestros deportistas, pero ojalá no perdamos de vista que cada atleta representa una historia que contar, y que estos Juegos Olímpicos van mucho más allá de esas medallas, representan un gran escenario para festejar nuestra humanidad.

 

@abascal2

El Blog de Puebla Deportes por Antonio Abascal