En la pasada entrega de esta columna abordamos lo peligroso de romantizar el trabajo en Alemania, especialmente para los sudamericanos que tienen la oportunidad de trabajar y vacacionar por más de un año en este lado del mundo. Pero, ¿qué pasa con los mexicanos? ¿Qué permisos y oportunidades tenemos para llegar a este prometedor país?
Antes que nada, quisiera comenzar escribiendo que Alemania no es el país más fácil para emigrar y que definitivamente no es USA. También es importante aclarar que las condiciones y oportunidades para los mexicanos son muy diferentes que las que tienen los sudamericanos.
Son distintas porque, aunque México ha mantenido una buena relación con este país, los lazos no son tan fuertes como sucede con Argentina y Chile, quienes fungieron como un salvavidas para los alemanes después de sus respectivas guerras y conflictos.
Y es cierto, Alemania destaca como un lugar que abre las puertas a todo el mundo. Actualmente se ha dado asilo a países como Venezuela y se han aligerado las condiciones para otros países latinoamericanos.
Pero siendo mexicano sin pasaporte alemán, las cosas cambian mucho y existe una serie de requisitos que se deben hacer antes de poder llegar a este país.
Las visas que actualmente se ofrecen son las de preparación de estudios, estudios universitarios, búsqueda de trabajo, trabajo y reunificación familiar. Desde hace un poco más de dos años, los permisos para aprender el idioma siendo mexicano han sido duramente restringidos, así que el alemán se debe aprender perfectamente en México.
Además de la pesada burocracia (porque sí, la burocracia alemana existe y es una pesadilla), se necesita una cuenta bloqueada de más de 11 mil euros, un monto que puede crecer por la crisis de alquileres, la pandemia y el cambio de gobierno.
Pero no todo es tan imposible, es verdad que existen muchísimas posibilidades para reducir gastos, como becas completas y contratos de trabajo en empresas serias. Aunque aquí hay que hacer un paréntesis.
Un trabajo profesional en Alemania podría sonar de ensueño: 30 días de vacaciones, más días de asueto, un salario justo y la seguridad de que se respetarán los horarios. Sin embargo es importantísimo revisar con lupa en dónde y bajo qué condiciones se trabajara, porque los fraudes también existen aquí.
Alemania no es un lugar para hacer trabajo duro siendo mexicanos, si lo comparamos con otros países. Muchas veces ni siquiera es un lugar amigable, ni disfrutable y las oportunidades se pueden ver muy lejanas. Podría asegurar que para la mayoría de los compatriotas, este es un país para prepararse pero no exactamente para quedarse.
Sin embargo éste sí es un lugar para reinventarse, aprender un nuevo idioma a la perfección, para estudiar muchísimo y continuar perfeccionando lo que se ha aprendido en nuestro país.
@dianaegomez
Cartas desde Berlín escribe Diana Gómez