Los Rivera finalmente volvieron a verse las caras. Casi 18 días después de la elección que terminó por redefinir el futuro inmediato de los habitantes de la capital.
Claudia Rivera y Eduardo Rivera, frente a frente, sin los pertrechos de la batalla pretérita.
Reunión tersa en la que ya no hubo reproche ni descalificación como ocurrió en el debate una semana antes de la jornada electoral del domingo seis.
Cada uno envuelto en su propia lógica. Para uno de los Rivera, Eduardo, significó el regreso a la arena que conoce bien: el de la política pública como edil de 2011 a 2015, cuando condujo el gobierno de la ciudad en condiciones complejas por la sombra de un gobernador voluntarioso y receloso del poder público.
El Rivera que viene, repite en el cargo no sin abruptos en la esfera política. La derrota en el terreno electoral de la elección concurrente de 2018 así lo acredita.
Derrotado fugaz de una batalla que se sabía de antemano perdida por un tsunami llamado Andrés Manuel López Obrador.
Ilusos quienes cobijados por ese fenómeno social irrepetible, se sintieron seguros de refrendar condiciones competitivas sin mayor experiencia ni olfato que el fugaz paso por el poder público.
Deberá demostrar que su paso por la presidencia municipal en el primer periodo de gobierno y el tropiezo en 2018 lo han curtido para ofrecer resultados en los primeros días de gestión.
Claudia Rivera deberá comenzar a levantar el desaseo en la administración pública del que los medios han dado muestras evidentes a lo largo de los últimos meses.
Contratos y asignaciones de obras, productos y servicios de proveedores y empresas sin capacidad o experiencia.
No hubo afrentas ya en la reunión ocurrida ayer. Inició la nueva era de gobierno y comenzó el cierre de la cortina de un proyecto de gobierno fugaz.
Llega el panista que a despecho de la prudencia que caracteriza su conducta, estuvo a punto de los golpes con el desaparecido Moreno Valle, pasaje ignoto del que existe testigo de calidad: Josefina Vázquez Mota.
Se va en cambio la edil que asumió el papel del activismo desde la esfera de gobierno. La que buscó diálogo permanente con ese sector de la sociedad, en desdoro del resto de los segmentos sociales.
Se va en medio de la sospecha un producto de la cantera de la Cuarta Transformación pactó u olvidó señalar abusos de poder del régimen de Antonio Gali y su círculo de miembros que son al mismo tiempo empresarios, negociantes y políticos.
Uno de los Rivera no termina de llegar, la otra Rivera aún no termina de retirarse. Seguro habrá mucha mas historia que contar.
parabolica.mx escribe Fernando Maldonado