Entramos ahora sí a la “recta final” de la breve (duró solo un mes) campaña electoral local (y federal, aunque esa tuvo un mes más, desde abril). Los candidatos a alcaldías y diputaciones deberán dejar de promover el voto a su favor el próximo miércoles 2 de junio para que el domingo 6 de junio los ciudadanos salgamos a votar por la opción que prefiramos.
Vamos, quedan exactamente 10 días de campaña.
Y los candidatos que no pudieron colocarse en el imaginario colectivo de votantes, simplemente no recibirán más que una cantidad ínfima de sufragios. Sigo creyendo que uno o dos de los partidos “chiquitos”, y/o de reciente creación, pueden perder el registro y regresar al rincón de los desaparecidos.
La campaña ha sido breve, por todas las reformas que se han hecho a los procesos electorales. Había demasiados gastos y la gente se quejaba del despilfarro de los partidos en las campañas. Bueno, pues ahora solo duraron 30 escasos días, ya no hay propaganda en las calles que contaminaban visual y materialmente, ya no hay espectaculares y los spots radiofónicos y televisivos ya no los contratan directamente los partidos, sino que el INE/OPLE distribuye equitativamente los espacios.
Efectivamente, ya no hay despilfarro… pero ahora tampoco conocimiento de los candidatos. Los que aventajan son los que tienen un cargo o ya lo han tenido, pero en muchas ocasiones ser muy conocido también provoca que aumente el rechazo de la gente.
Todo esto ha provocado que las campañas hayan sido bastante “desangeladas”. Ya no hubo concentraciones masivas ni mítines para mostrar “músculo”. Algunos candidatos apenas reúnen a 10 seguidores (de los cuales 5 son de su familia) y reparten volantes que la gente inmediatamente deposita en la basura (en el mejor de los casos).
El proceso electoral 2021 estuvo aderezado por la pandemia. La gente estuvo mucho más preocupada por la salud de su familia y en cuándo serían o serán vacunados, que en analizar las propuestas de los candidatos, a los cuales ni siquiera conoció (en serio, la enorme mayoría de la población no sabe quiénes son los candidatos a diputado, ni en qué distrito vive). Los candidatos a las alcaldías son más ubicables, sobre todo si algunos buscan la reelección (consecutiva o no, pocos que ya fueron alcaldes ahora quieren volver a serlo, después de un período o dos).
Todo este cóctel de situaciones hace que la gente oriente su voto por “marcas” y no tanto por candidatos. Para diputados hay una tendencia mayoritaria para Morena en todo el país, según las encuestas más serias.
Lo que sí veo en algunos sitios son competencias cerradas. En no pocos municipios el candidato que gane lo hará por pocos puntos porcentuales y eso provocará impugnaciones, demandas y contrademandas. Salvo casos muy excepcionales, la ventaja de candidatos no es de más de un dígito (sí, hablo de Puebla capital, donde para nada hay ventaja inamovible para nadie).
@rodolforiverap
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