Casi sin advertirlo y sin hacer ruido, un grupo de treintañeros llegó para hacer política partidista en la escena poblana. Definición precisa de la generación millennials.
Nacieron en la década de los ochentas y ahora ostentan cargos partidistas con más suerte que la generación que les antecede, atrapada en un modelo que va de salida a partir de la irrupción de los instrumentos digitales y la hipermedia.
No sólo por definición generacional forman parte de la hiperconectividad y el gusto por la corriente vintage, sino que también han dado muestras de estar dotados de olfato y oficio.
Tres franquicias electorales que, sin planearlo, apostaron por la sangre nueva.
Se trata de quienes conducen al Partido Revolucionario Institucional, con Néstor Camarillo, de 35 años de edad; el Partido Verde, con Jimmy Natale, de 36; y Ramón Fernández Solana, en las Redes Sociales Progresistas, con 32 años de edad.
Éste último, por ejemplo, salió dolido del PRI tras la elección de 2018, cuando como candidato a la diputación federal por el distrito por el que compitió el ahora acusado de pederasta, Saúl Huerta Corona, se alzó y le mentó la madre a Miguel Ángel Osorio, exsecretario de Gobernación con Enrique Peña Nieto.
El origen del desencuentro en la jornada electoral tuvo como principal ingrediente el entreguismo que el equipo del presidente dispensaba al grupo político del panista Rafael Moreno Valle, del que Fernández Solana marcó distancia.
Como en el caso del dirigente en Puebla de las RSP, Camarillo en el PRI y Natale en el Verde, han tenido que ir destejiendo grupos de interés y resistencias naturales en cada una de sus agrupaciones políticas, entendibles todas.
Desde que llegó a la dirigencia, el joven Camarillo enfrentó conatos de chantaje político de “vacas sagradas” de la vieja militancia, que surge en cada periodo de selección de candidaturas, y luego vuelven a su ostracismo.
Tocó puertas y consultó a los priistas más experimentados, que con decoro han asumido con dignidad el retiro, ajenos a la tentación de volver a la escena.
Natale, en el Verde, ha buscado reclutar para la causa a personalidades con alto nivel popular y que estén ajenos al escándalo, que ha marcado a no pocos personajes del presente.
Y es que en medio del clima de polarización y diatriba, han podido hacer lo suyo al frente de estas agrupaciones políticas, incluso por encima de organizaciones partidistas lideradas por quienes se asumen como parte de la clase dominante, de integrantes de la generación X y desprovistos de instrumentos adecuados en la era digital.
Todos los días hacen lo que la buena política dicta. Hablan con los otros, pactan y dan seguimiento a los acuerdos para la construcción de los consensos.
Este grupo de jóvenes en la tarea electoral están por estrenarse como líderes en la elección de mayor envergadura. El resultado está por verse, pero la era millennial tomó a todos por sorpresa.
Por lo pronto, acompañan a quienes a partir del 4 de mayo llevarán la oferta partidista, programa de acción y plan de trabajo para la conquista del electorado.
Parabólica escribe Fernando Maldonado