Eran los meses de la intensa campaña electoral de 2018. En el búnker de la entonces candidata del PAN, Martha Erika Alonso Hidalgo, circulaba una fotografía de quien en esos días era abanderada a la capital por Morena, en una pose comprometedora, íntima.

Fue mostrada al autor de la Parabólica con el clásico: “¿Cómo ves?”. Sería utilizada en el momento en que la contienda subiera de tono, como era característico en ese grupo político que no admitía límites éticos, morales, políticos o económicos.

Por extraño que parezca, nunca fue utilizada como instrumento de contrapropaganda en una contienda política que no admitía cuartel y en la que algunos medios fueron instrumento de transmisión para la denigración y estereotipos.

Sí fue usada, en cambio, una profusa campaña en bardas, transporte público, autos particulares y redes sociales una machacona frase que decía: “AMLO sí, Barbosa no”, que fue financiada desde el mismo búnker que sepultó la idea de la fotografía íntima.

¿Qué los frenó? Aventurar hipótesis no resuelve la duda, pero ofrece pistas. Un acuerdo no hablado para dejar avanzar a la aspirante de Morena y hacer tropezar a Eduardo Rivera, el candidato del PAN incómodo del morenovallismo, ¿a cambio de qué?

La respuesta puede estar en un empeño pertinaz y poco disimulado por desaparecer del discurso y acción oficial en la gestión de Rivera Vivanco todo contra de probables actos ilícitos en las consecutivas gestiones panistas en el municipio capitalino.

La presidenta municipal de la capital, que hace las veces de precandidata en fines de semana, Claudia Rivera Vivanco, se dolió de ser objeto de una campaña negra y para ello decidió crear una entelequia ciudadana contra los cuestionamientos que recibe a diario.

Lo cierto es que por el discutible desempeño como edil de la capital, los frentes que tiene abiertos con interlocutores naturales como los comerciantes del centro histórico, líderes de colonias populares, juntas auxiliares o hasta con el Gobierno del Estado, la metralla que recibe todos los días es entendible y natural.

No es ni por asomo rasgo alguno de ser objeto de una campaña negra como lo supuso el fin de semana, acompañada de los legos que en materia política y electoral la secundan sin recato.

Exhibir desconocimiento en materia política y electoral como lo ha hecho ese pequeño grupo explica el conjunto de omisiones al frente de una administración compleja, en una ciudad que demanda tiempo completo.

Suponer que es posible combinar el servicio público en una ciudad de las dimensiones de la capital y al mismo tiempo dar vuelo a las aspiraciones personales y salir ilesa es una utopía.

Son las consecuencias de un conjunto de decisiones tomadas al calor de la improvisación, sin el trabajo político indispensable para la contención y control de daños. Suponer que no habría escrutinio riguroso por su actuación en los últimos meses es imposible.  

Las inconsistencias evidencian a una aspirante rodeada de activistas sin experiencia previa. Todos son reactivos, obedecen a los cuestionamientos que se formulan en diversos tonos y tiene dificultades para transmitir sus mensajes. Con esa pobreza de recursos retóricos y políticos quieren hacer campaña.

 

@FerMaldonadoMX

parabólica.mx por Fernando Maldonado