La nobleza obliga
Al ocupante de la oficina principal Casa Aguayo no le agrada la presunción, el blofeo y la fatuidad como lo ha dicho de manera reiterada y eso es entendible por su conducta pública…
Tal vez por ello es que haya decidido no hacer público que desde hace tiempo que en la intimidad de su persona haya regocijo por los sobrevuelos que ha facilitado para Hannia y Alexander, dos pacientes del sistema de salud en Puebla con familias de recursos precarios.
No son los únicos casos… Ya en otras ocasiones ha facilitado su propio vehículo, asistente y viáticos para otros niños en condiciones similares, cuyo deseo era conocer, por ejemplo, el mar.
No le gusta el aplauso fácil, pero honor a quien honor merece.
¿Será?
Rumbo a la sucesión, competencia parejera
Si los seguidores del virtual candidato al Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, asumen que es el único con posibilidades de pelear en la sucesión de gobernador en 2024 con ese partido, debe tomar en cuenta que ya hay otros tiradores.
Nomás es cosa de ver cómo están las agendas de los líderes nacionales de los partidos políticos que conforman la alianza opositora VaXMéxico, a quienes recibirán en fechas próximas y verán que no es el único con posibilidades de competir. Faltaba más.
¿Será?
El tiempo se acaba
Por cierto que sobre las rodillas comenzaron a tejer acuerdos las y los aspirantes a una candidatura por las 216 presidencias municipales -la capital no cuenta-, pues este martes deberán haber terminado de “planchar” las planillas entre los grupos en el PAN.
Habrá mucho trabajo contra reloj porque a estas alturas, en muchos de los territorios en disputa, lo que prevalecía eran las patadas por debajo de la mesa, piquetes de ojos y manita de puerco para ceder o conquistar nuevas posiciones.
¿Será?
Lo bueno de la capital…
La designación de Catalina Pérez Osorio como encargada de la Secretaría de Gobernación en la capital. No sólo ha demostrado congruencia, sino también interlocución con diversos grupos.
Y lo mejor, no es René Sánchez Galindo y su desgaste que pesa como lastre.
¿Será?