Érase una vez un presidente de México que no ofreció, en más de la mitad de su sexenio, una sola conferencia de prensa en donde se le pudiera cuestionar sobre ningún tema.
Así era la comunicación social del expresidente Enrique Peña Nieto, autocrática, cerrada, detrás de 40 guaruras y atizada con golpes y prohibiciones. Piel delgada.
Un pequeño cambio llegó cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador fincó en las conferencias mañaneras una práctica de comunicación circular en la que a diario podría ser cuestionado.
Poco a poco, el propio presidente ha ido dilapidando ese instrumento con la presencia de reporteros que rayan en el absurdo, preguntas con respuestas muy generales y jornadas llenas de calificativos y estigmas contra lo que ve mal el presidente, acusando a opositores por igual que a críticos que basan sus cuestionamientos en datos y hechos.
Como ocurre en estas idolatrías mal entendidas, a nivel local han surgido grupos de morenistas que han imitado estas prácticas poco entendidas del mandatario federal y que van en detrimento de su proyecto.
Uno de estos Frankenstein del cambio de gobierno, es un grupúsculo de allegados a la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco que han decidido crear su propio “Frente Ciudadano contra Campañas Negras” y plantarse afirmando ser los amos del buen decir y hacer.
Entre ellos se ubica a René Sánchez Galindo, muy respetado y apreciado como director de la agrupación civil COLECTIVAS e integrante de la campaña “Sin maíz no hay país”. Sin embargo, al otrora férreo defensor del maíz nativo, con el cargo y el reflector público, le brotó la piel delgada y el sesgo irracional.
En su última ocurrencia, junto a Liza Aceves, otro personaje dual de la política local, se erigen como rectores de lo que está bien que los medios cuestionemos sobre sus actividades públicas.
Quienes lo defienden, andan en el pleito callejero. Todo lo vuelven personal, aunque los datos ahí están. Solo basta con preguntarle a la gente lo que opina sobre el legado del ciudadano/candidato/funcionario en temas como ingobernabilidad, inseguridad, ambulantaje sin control y un frente ciudadano, conformado por políticos, creado solo para defender a la líder de la manada.
Aunque en sus comunicados se pronuncian como aliados de la sociedad, el trasfondo es uno: la función pública les hizo la piel delgada y usan argumentos para defender lo indefendible, su legado al interior de la administración municipal.
Lejos están aquellos tiempos de congruencia y templanza, en defensa de lo justo, cerca, muy cerca, de lo que tanto juraron nunca ser.
@Olmosarcos_
Jesús Olmos escribe Máscaras