En la vorágine de las pasiones políticas en la recta final para la definición de las candidaturas a cargos de elección popular los despropósitos alcanzan proporciones que caen en el absurdo

En distintas regiones, distritos y municipios, los integrantes de la clase política que mayor repudio, rechazo y sospecha alientan frente al electorado, suelen ofrecer oro y dinero para la compra de voluntades y simpatías.

En Amozoc, el ex presidente municipal José Cruz Sánchez Rojas, asegura a propios y extraños traer la candidatura del Partido Acción Nacional en la bolsa, para repetir en ese municipio.

Lo consiguió como él lo sabe hacer: con dinero. No son pocos los que han escuchado decir que fue él quien hizo llegar “con los atentos saludos” a Marko Cortés, el líder nacional de ese partido político un detalle, consistente en una camioneta Suburban blindada.

El michoacano dirigente panista que no debe tener un pelo de ingenuo, será mucho pero no tan incauto como para recibir un obsequio de un ex presidente municipal de un lugar marcado por la violencia, el robo de hidrocarburo y la ejecución de seis policías municipales.

Los elementos que existen en torno a la ejecución múltiple no podría haber ocurrido sin la complicidad de las autoridades -el edil Cruz Sánchez Rojas y del ex titular de Seguridad en el estado, Jesús Morales Rodríguez, ahora también aspirante a un cargo de elección popular-.

Los seis policías ultimados por un grupo de huachicoleros quedaron tendidos cerca en el camino San Cristóbal en la carretera Puebla-Orizaba luego de haber sido desarmados. Nadie fue detenido luego de ese episodio, del que nuca quiso hablar el presidente municipal.

Cruz Sánchez Rojas encabezó una gestión llena de escándalos públicos que tuvieron ingredientes con pasajes de la desordenada vida privada, frente al silencio cómplice de quien lo hizo candidato y edil.

Las mujeres que lo acompañaron en diversas posiciones en el municipio, la complacencia de la presidenta del DIF municipal en donde también obtuvo utilidades nada despreciables.

La del ahora aspirante a la candidatura panista, es una historia llena de excesos y desorden público y privado del que no se puede borrar un sólo pasaje.

La residencia que ocupa en el fraccionamiento La Vista en la zona de Cholula difícilmente pudo haber sido producto del trabajo de un servidor público en un municipio de la zona conurbada de Puebla marcado por la desigualdad y la pobreza.

La gente honorable y productiva de Amozoc ha comenzado a ver con fundada preocupación la posibilidad de que repita el ex edil formado a la sombra de grupo de Rafael Moreno Valle en el PAN.

La historia de la Suburban blindada enviada como obsequio personal al dirigente nacional del blanquiazul es un elemento que ya permeó en el imaginario de esa región. Regresar al periodo de la opacidad, abuso y acoso al sector industrial mueve a zozobra.

El retorno a la escena pública de un personaje como el aspirante a la candidatura podría ser un pasaje digno de la picaresca de nuestra provincia, pero no lo es. Nadie podría reír con ese periodo oprobioso.

 

@FerMaldonadoMX

Parabolica.mx por Fernando Maldonado