En medio de una contienda interna como la que viven los distintos perfiles en el Movimiento de Regeneración Nacional en la capital, el único que parece ir por una espiral de polarización sin fin es el de Claudia Rivera Vivanco.

El grupo de fanáticos de la edil reeleccionista dirá que la razón se encuentra en su alta competitividad y su perfil ganador en la interna, o por consigna, pero la percepción es una: su actuación como servidora pública y activista genera ruido entre la sociedad en general, y eso incluye a un segmento empresarial en el Centro Histórico.

Si acaso, en la semana que llega a su fin, se pudo anotar un punto positivo que fue ignorado en medio de la polarización, resultado de una extensa discusión mediática que su propio equipo atizó sin advertirlo.

La noche del martes anunció la declinación de Abraham Quiróz a su causa para ser elegida candidata, otra vez, a la presidencia municipal, cuando todos saben que el pastor del académico y excandidato a gobernador es el senador Alejandro Armenta, dueño de una pobre reputación por sus andanzas con operadores del imputado Eukid Castañón, de todos conocido.

Nada de eso sirvió para revertir el clima colérico de opinión en el  entorno de la presidenta municipal. No por el acoso que ven sus subalternos y la fanatizada ovación, sino por el empeño en extender una crisis de opinión al miércoles 10, 48 horas después de los desafortunados disturbios en el Centro Histórico por el #8M.

Admitió su equipo de un violento grupo de infiltradas en la marcha del Día Internacional de la Mujer y que a las funcionarias involucradas en las movilizaciones se les violentaron los derechos.

No sólo no está en la estrategia de los legos que rodean a Rivera Vivanco el control de daños o la tarea de contención, incluidos en cualquier manual para propiciar que la figura principal de esa gestión salga de la conversación general, sino al contrario: extender la atención general sobre un tema que genera repulsa hasta en segmentos afines a la causa, como los destrozos innecesarios de los que paradójicamente nadie en el ayuntamiento se ha deslindado.

En el plano general, son los ilusos infantes que extienden una discusión más allá de lo necesario en la búsqueda de imponer su verdad. La soberbia impide  detenerse a revisar la pertinencia de una lucha estéril, cuyos costos sólo podrán ser evaluados cuando ya sea demasiado tarde.

No terminaba de extinguir el fuego que comenzó la tarde del lunes cuando volvió a prender entre la opinión la excesiva presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en el entorno del Mercado Amalucan, por una obra de la que no hay claridad ni consenso entre locatarios.

La utilización de uniformados siempre genera polémica. La reacción es mayúscula cuando viene de un gobierno de izquierda como ha presumido la presidenta municipal.

Sin un adecuado plan de contención, las secuelas en términos de opinión pública (no publicada), alcanzará límites indivisibles. Estamos ante la semana más difícil para quien supone tener capacidades de regresar a la boleta electoral y volver a ganar, como en 2018.

 

@FerMaldonadoMX

Parabolica.MX por Fernando Maldonado