Militantes de primera, y militantes de segunda
En la definición de candidaturas panistas en Puebla, cada vez es mayor la inconformidad que se genera en los llamados liderazgos históricos.
Al “Tigre”, Humberto Aguilar Coronado, le negaron la plurinominal en la oficina del michoacano Marko Cortés, a quien por cierto le coordinó la campaña para ser dirigente nacional.
Terminaron mandándolo a un distrito por Cholula para hacer talacha electoral.
Algo similar ocurrió con la doña Ana Teresa Aranda, a quien movieron del distrito 11 al 6 de la capital para llevar a Carolina Beauregard, quien, para mayores datos, tiene sólidos vínculos políticos con el líder de la “banda de los conejos”.
¿Será?
La encrucijada
El PRI poblano deberá definir en un plazo muy breve a quien lo representará en la contienda de junio próximo, si es que la alianza con el PAN verdaderamente se cayó como castillo de naipes.
El problemas es la falta de formación de cuadros al que deberá enfrentarse, pues el hecho de que su dirigencia piense en reciclar a Blanca Alcalá o Enrique Doger habla del estancamiento de ese partido frente al colosal reto de convencer a las nuevas generaciones que ignoran quienes han sido estos personajes.
¿Será?
Doblaron a Armenta y Monreal
En su intento por meter mano a la Ley del Banco de México, el poblano y su jefe político, el zacatecano, se dieron de frente con una realidad, literal, “de a peso y de pesos”.
Ignoraron las opiniones de especialistas en el banco central como Alejandro Díaz de León, Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, auténticos conocedores de macroeconomía, que expresaron riesgos para la autonomía del órgano rector de la política cambiaria mexicana.
No contaban Armenta o Monreal la aparición en escena del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, quien también habló del riesgo de “narcotizar” billetes verdes a través de Banxico y ambos tuvieron que dar marcha atrás.
Si se ve con detalle, el senador poblano va que vuela para convertirse en el “príncipe de las derrotas”.
¿Será?