Los habitantes de la provincia Yunnan, China, fueron sorprendidos a inicios de año por nubes iridiscentes, un fenómeno meteorológico espectacular.
Esta peculiaridad es el resultado de la difracción de la luz solar a través de pequeñas gotas de agua o incluso pequeños cristales de hielo que componen estas nubes, desviando los rayos solares de forma individual.
A este extraño fenómeno también se le conoce como “arco iris de fuego” o “nubes de arco iris”.
Las nubes nacaradas se forman normalmente en latitudes altas y en temperaturas extremadamente frías. Se hacen visibles cuando la luz mortecina del ocaso atraviesa diminutos cristales de hielo que son arrastrados en un fuerte chorro de aire estratosférico.
La iridiscencia puede ser observada con mayor frecuencia cerca del sol, tapada a menudo por el resplandor del sol. Puede ser observada con mayor facilidad ocultando el sol tras un árbol o edificio, utilizando gafas de cristales oscuros u observando el cielo mediante su reflejo en un espejo convexo o una superficie de agua.