Zonas de Dinamarca enfrentarán nuevas y más estrictas medidas de confinamientos y cierres luego de que las autoridades de salud descubrieron una cepa del SARS-CoV-2 mutada en visones y personas en las regiones del norte del país.

El gobierno anunció el miércoles que sacrificaría a todos los visones en el país nórdico para prevenir el contagio humano con un coronavirus mutado, que según las autoridades podría ser más resistente contra futuras vacunas.

En un informe publicado el miércoles, el Statens Serum Institut (SSI), la autoridad que se ocupa de las enfermedades infecciosas, dijo que pruebas de laboratorio mostraron que la nueva cepa tenía mutaciones en su llamada proteína de pico, una parte del virus que invade e infecta las células sanas.

Eso plantea un riesgo para las futuras vacunas COVID-19, que se basan en desactivar esa proteína, afirmó el SSI.

“Existe el riesgo de que las vacunas dirigidas a la proteína de pico no brinden una protección óptima contra los nuevos virus que ocurren en el visón”, dijo.

La decisión de sacrificar hasta 17 millones de animales, lo que podría costarle al estado más de 800 millones de dólares, ha llevado a algunos legisladores a exigir ver la evidencia detrás de la decisión.

“Estamos pidiendo que se envíen (las pruebas), para que podamos evaluar la base técnica”, dijo el miércoles un portavoz del Partido Liberal a la emisora TV2.

Los brotes en criaderos han persistido en el país nórdico, el mayor productor mundial de pieles del mustélido, pese a los esfuerzos desde junio de sacrificar animales infectados.

 

ICA

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