La epidemia de Covid-19 –que ha causado más de 60 mil muertes en el país– dio la estocada final a los rituales de los informes presidenciales ayer, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador rindió su Segundo Informe con sólo 70 invitados con cubrebocas y sana distancia.

De por sí, durante el Primer Informe del mandatario –el 1 de septiembre de 2019– se perdió la parafernalia, porque políticos, funcionarios, así como integrantes de la élite económica, religiosa y social entraron y salieron de Palacio Nacional sin mayores dispositivos de seguridad.

Y ayer, los 70 invitados entraron por dispersados por las diversas puertas de Palacio Nacional, con cubrebocas, sin aglomeraciones y sana distancia.

Los únicos que rompieron la sana distancia fueron los representantes de los medios de comunicación, que se aglomeraron para buscar las entrevistas con los invitados.

Las inmediaciones de Palacio Nacional, incluido el Zócalo, lucieron semivacías, sólo una decena de seguidoras del Presidente, disfrazadas de adelitas, lanzaron consignas a favor de López Obrador.

Otros que rompieron la sana distancia fueron los integrantes de Antorcha Campesina, porque al menos un centenar se congregó frente a la sede del gobierno capitalino  a unos metros de Palacio Nacional, para protestar contra Claudia Sheinbaum.

Entre los 70 invitados estuvieron Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México; Bosco de la Vega del Consejo Nacional Agropecuario; Miguel Rincón, empresario y compadre del Presidente; Joel Ayala y Alfonso Cepeda, líderes sindicales de empleados federales y maestros.

Además, asistieron Pedro Haces, líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores de México (CATEM); los integrantes del gabinete, excepto Víctor Toledo de Medio Ambiente.

Tras culminar su mensaje, los asistentes salieron de inmediato de Palacio Nacional por sus diversas puertas, sin que existieran mayores manifestaciones.

 

EAM

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