Los británicos se apresuraban a regresar el viernes a sus casas de sus vacaciones de verano en Francia después de que Londres dijese que impondría pronto una cuarentena de 14 días a los viajeros del otro lado del Canal debido al aumento de las infecciones de coronavirus en ese país.

El Gobierno británico anunció a última hora del jueves que a partir de las 0300 GMT del sábado, aquellas personas que lleguen de Francia tendrán que someterse a autoaislamiento, dejando a aquellos que deseen evitar la cuarentena obligatoria apenas 24 horas para volver. Se calcula que hay cerca de 160 mil  británicos veraneando ahora en Francia.

El repentino cambio de reglas supuso un nuevo golpe para los turistas, las aerolíneas y los operadores turísticos que esperaban tener vacaciones tras una pandemia que ha dejado sin liquidez y con un futuro incierto a muchas empresas del sector.

Muchos turistas británicos se dirigieron al puerto francés de Calais con la esperanza de coger un ferry o un tren de enlace para volver a casa a tiempo.

“Hemos cambiado nuestros planes cuando nos enteramos de las noticias anoche. Decidimos volver a casa un día antes para no tener que pasar la cuarentena”, dijo una mujer británica en una estación de servicio de la autopista a Calais después de pasar una semana en el sur de Francia.

En Calais, se esperan largas filas de coche este viernes por la tarde. Las compañías de transbordadores estaban añadiendo servicios adicionales para ayudar a más gente a llegar a casa antes de la fecha límite, dijo a Reuters Jean-Marc Puissesseau, jefe del Puerto de Calais.

Las nuevas reglas de cuarentena se aplican a Francia, el segundo destino vacacional más popular entre los británicos, a los Países Bajos y a la isla mediterránea de Malta, dijo el ministro de Transporte, Grant Shapps.

España, el destino favorito de los británicos para sus vacaciones, quedó bajo las reglas de cuarentena del gobierno británico el pasado 26 de julio.

Francia advirtió que respondería con iguales medidas que Reino Unido, causando más quebraderos de cabeza a unas aerolíneas que podrían tener que cancelar más vuelos, lo que significaría un nuevo quebranto financiero y mandaría al traste la recuperación que esperaban en agosto.

Las acciones de los grupos de aerolíneas y los viajes se derrumbaron. IAG, dueño de British Airways e Iberia, se dejaba un 6% mientras easyJet, que dijo que operaría su programa completo en los próximos días, descendía un 7%.

 

ica

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