El huracán Laura arreciaba el miércoles por la tarde en dirección hacia la costa estadounidense del Golfo de México como una tormenta de categoría 4 que se espera que cause daños catastróficos y “una tempestad insalvable” en la frontera entre los estados de Texas y Luisiana, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

Laura estaba unos 320 kilómetros al sursureste de Port Arthur el miércoles por la tarde y tenía vientos máximos sostenidos de 220 kilómetros por hora, que llegarían a 233 kilómetros por hora antes de que toque tierra el miércoles por la noche, dijo el centro de predicción con sede en Miami.

Unas 620 mil personas fueron obligadas a evacuar en Luisiana y Texas.

 

La catastrófica marea de tempestad podría penetrar hasta 48 kilómetros tierra adentro, con niveles de agua que subirían hasta 6 metros en algunos lugares, dijo el NHC.

“Pensar que un muro de agua de más de dos pisos de altura llega a la orilla es muy difícil de concebir para la mayoría, pero eso es lo que va a suceder”, dijo Benjamin Schott del Servicio Meteorológico Nacional en una conferencia de prensa.

La mayor parte de la comunidad de Cameron Parish en Luisiana estará bajo el agua en algún momento, añadió Schott.

“La palabra insalvable no es una que nos guste usar y nunca la he usado antes”, dijo Schott sobre la marea de tempestad.

Se estaban organizando apresuradamente viviendas temporales fuera de la zona para los residentes evacuados, y los equipos de emergencia estaban siendo colocados estratégicamente, según las agencias de gestión de emergencias estatales y federales.

El administrador de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), Pete Gaynor, publicó fotografías de refugios portátiles en el Campamento Beauregard, en Luisiana, a unos 185 kilómetros al norte de la Costa del Golfo.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que la Guardia Nacional de su estado estaba en el lugar con vehículos de alta mar y helicópteros de rescate.

El Gobernador de Luisiana John Bel Edwards dijo que toda la Guardia Nacional del estado había sido activada por primera vez desde 2012.

PUEBLO FANTASMA

La ciudad de Port Arthur, dedicada a la refinación de petróleo, está en el centro de donde el NHC prevé que Laura toque tierra. La localidad de 54 mil habitantes era un pueblo fantasma el miércoles por la tarde, con sólo un par de gasolineras y una licorería abierta al público.

“La gente necesita su vodka”, dijo Janaka Balasooriya, un cajero, que dijo que vivía a unas pocas cuadras de distancia y que soportaría la tormenta en su casa.

El cielo sobre Port Arthur era un manto gris, con nubes ominosas que se acercaban al Golfo. El viento y la lluvia llegaban en rachas en la medida que las franjas exteriores del huracán se acercaban.

Eric Daw, un residente de Port Arthur de 58 años, llenó su auto en el depósito de combustible. Dijo que quería evacuar antes pero que le faltaba dinero para la gasolina ya que estaba esperando un pago por incapacidad.

Daw se dirigía a un refugio en San Antonio, a cuatro horas y media de viaje, donde en vez de preocuparse por la tormenta deberá enfrentarse al COVID-19.

“Dicen que ahora se supone que todos debemos distanciarnos socialmente”, dijo. “¿Pero cómo se supone que voy a distanciarme socialmente en un refugio?”.

La producción de crudo en el Golfo de México se ha paralizado debido a que las compañías han cerrado sus operaciones. Los recortes en la producción se acercan al 90%, un nivel no visto desde el huracán Katrina en 2005.

 

MGL

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