En medio de un contexto complejo derivado de la pandemia de Coronavirus (Covid-19), la segunda edición del Estudio sobre Venta Online en PyMEs 2020, elaborado por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) en colaboración con GS1 México, revela que las PyMEs mexicanas han dado mayor peso al canal de venta digital, propiciando que hoy en día 6 de cada 10 PyMEs vendan en el comercio electrónico, un incremento de 94.6% en comparación con 2019.
El estudio fue llevado a cabo para comprender el impacto financiero, operativo, tecnológico y comercial de las PyMEs (con facturación anual menor a $50 millones de pesos), en relación con el comercio electrónico y la actual contingencia de salud pública.
Ante el cierre de comercios físicos para atender las medidas de contingencia recomendadas por las autoridades, muchas PyMes reforzaron sus canales de venta online o recurrieron a esta modalidad: 2 de cada 10 PyMes comenzaron a vender en línea a partir de la pandemia.
La implementación de la venta en línea para aquellas empresas que aún tienen un modelo tradicional es una de sus principales prioridades a corto plazo. Para aquellas que ya vendían en línea, reconocen que deben fortalecer este canal desde la venta como en la estrategia de comunicación.
“El COVID-19 se convirtió en el principal detonador de la transformación digital de las PyMEs, así como el acelerador de su entrada al mundo del comercio electrónico y plataformas digitales. Dentro de la nueva normalidad, el ecommerce impulsará su posicionamiento, alcance geográfico de sus productos, resonancia y amplitud de sus contenidos, conexión emocional con el consumidor y omnicanalidad de su estrategia comercial. Sin duda ser una pequeña y mediana empresa es sinónimo de resiliencia y adaptabilidad“, mencionó Gerardo Brehm Sordo, Director de Marketing y Relaciones Institucionales de GS1 México.
Previo a la emergencia sanitaria, sólo el 18.3% de las PyMEs reportaba que el canal online constituía más del 31% de sus ventas totales. Ahora, el 31.5% considera que tras la pandemia el canal online representará más del 31% de la totalidad de sus ventas, lo cual refleja la importancia que el comercio electrónico ha cobrado y el impacto que tendrá de ahora en adelante para estos negocios.
Mientras tanto, las PyMEs que aún no venden en línea reconocen la importancia de esta modalidad pero declaran que no tienen las herramientas necesarias para implementarla, y existe un gran desconocimiento de requerimientos, factor que los lleva a posponer su migración al canal digital.
Derivado de la situación actual que viven las empresas por Covid-19, el 83% de las PyMEs declara que las ventas en general se han visto afectadas de manera significativa; sin embargo, las ventas online les están permitiendo aumentar su número de clientes y vender sus productos. A pesar de no lograr igualar las ventas que regularmente tenían, la venta en línea les está permitiendo subsistir: el 59% asegura haber experimentado un crecimiento en ventas online.
Bajo este panorama, las PyMEs han buscado implementar acciones para recortar gastos a modo de cubrir únicamente lo necesario, siendo su principal preocupación el pago de sueldos; y buscan utilizar este tiempo para aprender nuevas cosas que les permita mejorar como empresa, sobre todo en cuestiones digitales.
“Entre las necesidades que mencionan las PyMes para disminuir el impacto del Covid-19 en sus empresas, destacan el apoyo para generar más relaciones comerciales con otras empresas; la capacitación para vender en línea; el apoyo para pago a proveedores y sueldos, así como la capacitación sobre temas de marketing, finanzas y manejo de inventarios” comenta Pierre-Claude Blaise, director general de la AMVO.
Otros de los principales problemas financieros que han tenido la mayoría de las PyMEs son el flujo de efectivo (73.2%) y retrasos en el pago de los clientes (63.1%). En tanto, han experimentado algunas facilidades como la flexibilidad en el pago de deudas o créditos (46%) y la solicitud de préstamos o créditos adicionales (43%).
Los dos escenarios más comunes que han impactado en el capital humano de las PyMEs ha sido la suspensión de labores debido a la campaña #quédateencasa (60.7%) y la reducción de horarios laborales/horarios flexibles (60.5%). Sólo 12% asegura haber tenido que recurrir al recorte permanente de personal.