Sentir miedo, rabia, esperanza, impotencia, depresión, empatía, incertidumbre, desánimo, dolor, decepción, desamor y más son emociones y sentimientos que seguramente has experimentado durante este tiempo.
No somos los mismos que hace 71 días y nada volverá a ser igual.
El confinamiento ha sido un verdadero placer para algunos que han podido trabajar desde casa, que no vieron disminuidos sus ingresos, que tienen una reserva económica y han sorteado la pandemia sin novedad, ¿Cuántos pueden estar así de felices? Creo que muy pocos.
Para otros, el confinamiento ha sido un campo minado librando cada día una batalla diferente, la violencia en cualquiera de sus formas ha estado presente, que si por las tareas de casa, (porque la casa no se limpia sola, ja ja) que si por las compras o por la posesión del control del televisor, qué decir del gasto y consumos desmedidos de ciertas cosas como la luz o los alimentos chatarra, o el desprecio de alimentos preparados contra la facilidad de los snaks, la fast food y bebidas embotelladas que, en otras condiciones, estarían más administradas, desperdicio de valiosísimo tiempo y todo esto en medio del caos, la incertidumbre por lo que viene, el desconcierto por todos lo que obedecen el confinamiento y el terror por los que, sin aparente consciencia, lo ignoran.
Pero ¿qué viene?
Una inevitable crisis económica nacional que ya vivimos sin aún poder dimensionar, una crisis social por el desempleo ligado a la creciente inseguridad, una crisis familiar por todo lo bueno y lo malo que arrojó el encierro, y una crisis de pareja por el encuentro con alguien que tal vez no conocías como hoy y decides que no es lo que deseas tener en tu vida, y hasta crisis personal por conocerte de pronto ante una circunstancia impensada, inédita, incomprensible. Pero lo bueno es que las crisis son oportunidades y habrá que encontrarlas. Esta crisis por Covid-19 nos está dejando tocados en lo personal, lo familiar, lo social y en lo profesional. Lo único que no podemos hacer es entrar en pánico, y la realidad es que hemos superado ya otras crisis y esta no será la excepción, no tiene por qué.
En lo que se refiere a las empresas y pequeños negocios la presión ha sido brutal. La urgente necesidad de innovar sobre la marcha para dar respuesta a las necesidades, que no a los deseos, esa es la prioridad. Es claro que las empresas ganadoras son las que han encontrado la forma de salir de la caja, por ejemplo la industria de alimentos, los marketplaces de comercio electrónico, la industria farmacéutica, la logística/transporte, el sector de las videoconferencias, el streaming de entretenimiento, las plataformas de películas online, los servicios de ayuda a adultos mayores, la impresión 3D aplicado a temas de salud, y otros.
Otra de las grandes oportunidades es el cambio cultural que se está generando en las empresas, la flexibilidad de horarios por ejemplo, o el teletrabajo que, por cierto, llegó para quedarse, y la implementación de indicadores de desempeño que antes no tomaban en cuenta. ¡Bien! Será motivante para todos.
Con esta metamorfosis que viven las empresas, las formas y métodos de trabajo, hay preguntas que se quedan en la mesa, cambiando el chip y aprendiendo de todo esto ¿Qué prestaciones laborales debe tener un trabajador que cumple con sus objetivos desde casa? Ya no hay traslados o son mínimos, no hay gasto de gasolina, no hay riesgo de trabajo, solo por mencionar algunos aspectos. El cambio debe ser de ida y vuelta. ¿O no?
¿Cómo adaptarse a la nueva normalidad y no morir en el intento?
DE FRESA Y DE CHOCOLATE
¿Cuántas empresas pudieron cumplir en tiempo y forma con el pago de utilidades?
Mala idea generar fake news y más si se trata de la salud de quien gobierna este estado Luis Miguel Barbosa Huerta. Poco oportuno.
¿Conoceremos el precio que todos pagaremos por el reinicio de actividades incluidas las giras presidenciales? Al tiempo…
Felicidades a Carolina Fernández por el décimo aniversario del diario El Popular.
Espero tus comentarios en @NoticiasVIcky y FB VickyFuentes/Oficial
¡Espléndida semana!