El terror volvió a cimbrar Puebla la mañana del martes, luego del sismo de magnitud 7.5 grados Ritcher que se sintió en la zona centro y sur del país. El fatídico recuerdo de hace casi tres años regresó a la memoria de los poblanos, que prácticamente saltaron el confinamiento por Covid-19 para salir a las calles a protegerse de algún derrumbe, lo cual finalmente no ocurrió.

Con el sismo de esta semana quedaron expuestas las grietas generadas en 2017, cuando el 19 de septiembre un terremoto de 7.1 grados, con epicentro en la región de Izúcar de Matamoros, nos sacudió a todos.

Desde entonces, pocas cosas han cambiado.

Las autoridades y tomadores de decisiones continúan con un panorama poco claro, detallado y certero de las afectaciones derivadas de los sismos recientes, lo cual se traduce en la incapacidad de los diferentes órdenes de gobierno para diseñar e implementar programas de reconstrucción acordes a las necesidades de los afectados.

También queda claro que falta formular una política de prevención que parta del reconocimiento de las amenazas naturales a las que estamos expuestos de manera constante incluyendo temblores, inundaciones o una explosión del volcán Popocatépetl, entre otros fenómenos.

Con 45 muertes y 105 personas heridas, los sismos de septiembre de 2017 dejaron, según estimaciones de la Presidencia de la República, afectaciones en viviendas, edificios y espacios públicos por un monto de 48 mil millones de pesos, por lo que se reactivaron declaratorias de desastre y de emergencia extraordinaria que permitieron a los estados acceder a fondos públicos.

Un informe del Instituto “Belisario Domínguez”, del Senado de la República, detalla que hubo afectaciones en 112 municipios de Puebla, donde 28 mil 371 viviendas presentaron algún tipo de daño: en cinco mil 744 fue daño total y en 22 mil 627 fue parcial. Además, en la entidad poblana se reportaron mil 216 escuelas dañadas, de las cuales 62 debieron ser reconstruidas totalmente; mientras que 37 unidades médicas también presentaron afectaciones.

Las cifras y los datos continúan para ocho entidades más del país, que a tres años de distancia no terminan de reponerse de los daños ocasionados en 2017.

Recientemente, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que para Puebla hay dos mil millones de pesos disponibles para completar las acciones de reconstrucción. La aplicación aún está en marcha, pues los recursos aún no son radicados a la entidad.

El sismo de esta semana, entonces, vino a refrescar la memoria para que no queden en el olvido aquellas viviendas que nunca se reconstruyeron ni se repararon los daños en edificios públicos, escuelas, hospitales, inmuebles religiosos e históricos.

Que no queden en el olvido.

BOCANADA

Según el Sismológico Nacional de México, con corte a las 18:30 horas del 23 de junio, se habían registrado 837 réplicas, de las cuales la de mayor magnitud fue la de 4.9 grados, a las 13:27 horas.

Mientras que las búsquedas de los términos “sismo”, “temblor” “terremoto del 85” y “bolillo” en Google se elevaron por millones, con una frecuencia de 38 búsquedas por segundo. Las principales ciudades fueron Oaxaca, Ciudad de México, Tlaxcala y Estado de México, donde los usuarios también relacionaron temas como “movimiento oscilatorio”, “magnitud física” y “escala sismológica de Richter”.

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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