Pues los tiempos van cambiando, tras el embate de opiniones en redes sociales y medios de comunicación, quienes calificaron de mal de malolandia la iniciativa firmada por Mario Delgado Carrillo, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados, apoyada por una horda de funcionarios para acabar con el Fidecine su propuesta le hizo lo que el viento a Juárez.
Creado en 1998 a raíz de la Ley Federal de Cinematografía, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine es un fideicomiso que entró en funciones en marzo de 2002 y su objetivo es “el fomento y promoción permanentes de la industria cinematográfica nacional”.
Hace unas semanas varios fideicomisos estuvieron sentenciados a muerte, entre ellos el Fonca, Foprocine y Fidecine, esto con el propósito de ahorrar recursos para seguir repartiendo lonches de bajo presupuesto en sus mítines y baños de pueblo.
Los primeros en poner el grito en el cielo fue la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) que incluso le mandó una carta al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, con copia para Mayito, donde rechazaba esta iniciativa.
Pero no contaban con que hoy en día no es como antes, no es como las leyes del Varguitas, el célebre personaje de la cinta La Ley de Herodes y pues ni tardos ni perezosos la comunidad fílmica conformada por productores, directores y todo el personal que tiene que ver con el cine se pararon de pestañas y se pronunciaron en contra de esta brillante iniciativa del diputado por Morena.
La iniciativa se enfocaba específicamente en borrar del mapa los artículos 33 al 38 de dicha ley, donde se establece la creación de un fondo de inversión y estímulos al cine con el objetivo de fomentar y difundir la industria cinematográfica nacional.
Y es que usted dirá: eso a mí que me importa, pues sí debe de interesarle, ya que gracias a el Fidecine podemos disfrutar películas mexicanas, ya que es el fondo responsable de filmar a 20% de cintas nacionales desde 2002.
Figuras como Alejandro González Iñárritu (El renacido y Birdman), Guillermo del Toro (La forma del agua), Alfonso Cuarón (ROMA), Mónica Lozano, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, entre muchos, no sé si convencieron, presionaron mediáticamente de que el Fidecine debe continuar apoyando el talento en nuestro país.
Debo decir que me dio gusto ver a Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, defender con uñas y dientes, valiente en su casa y cualquier lugar, a la gente que trabaja del cine mexicano, donde sólo durante 2019 se realizaron más de 200 películas.
Luego de una bonita tertulia a través de plataforma digital, el funcionario y cineastas llegaron a la conclusión de no desaparecer el Fidecine y de igual forma trabajar hombro con hombro para que el cine en nuestro país se vuelva una industria apoyando los acuerdos del Instituto Mexicano de Cinematografía, Imcine.
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