La prensa poblana se rindió ante la protesta estudiantil del 5 de marzo que reunió a más de 100 mil estudiantes de 30 universidades de Puebla. Los universitarios fueron convocados por las juventudes de la BUAP y la UPAEP y exigían una sola cosa: seguridad. Ni una sola voz en contra de la protesta. Para los medios no hubo tráfico vehicular, basura en las calles, enfermos en ambulancia que no pudieron llegar a su destino… Nada de eso. Todos se peleaban por publicar la mejor foto, la mejor crónica o el mejor dato sobre la marcha. Es más: los diarios oficiosos del morenismo poblano, como Cambio, ContraRéplica y otros ultraenemigos de la protesta, para sorpresa de todos vitorearon la marcha y vistieron gustosos la casaca izquierdista. El perfumadito Juan Carlos Valerio, enemigo del olor a pobreza, nos asombró con sus gritos. No faltó el comentarista de radio que dijo: “Hoy, Puebla completa está marchando”. ¡Vaya! ¡Qué amanecer tan glorioso y bello!, pensaba yo mientras oía y leía todo eso. La noche anterior me dormí y… la verdad no era la misma Puebla. No, claro que no. Era diferente. En la Puebla que yo conozco, la prensa venal agrede a la protesta, a los organizadores se les embiste y llama chantajistas, ilegales o, últimamente, criminales y delincuentes. Cárcel para esos líderes, ha dicho Barbosa.
Hay, dicen los medios viperinos, de marchas a marchas. Pero solo hay una forma de terminar con los males que nos aquejan: formando un frente gigante que saque del gobierno a los inservibles. Miles de estudiantes, con veloz lección de práctica política, comprendieron eso y el grito sonoro que vistió la protesta fue la exigencia de la renuncia de Barbosa. Tras la marcha, Reforma publicó en portada: “Exigen renuncia a Barbosa”.
El 23 de febrero fueron asesinados tres estudiantes de Medicina y un chofer de Uber. La noticia se conoció el lunes. El 25 los estudiantes de la BUAP realizaron una marcha que convocó a 10 mil jóvenes y llegó a Casa Aguayo. El gobernador, enfadado, no los recibió. Y el secretario de Gobernación, David Méndez, prometió “soluciones”. Pero el gobierno no sabe solucionar y sus promesas fueron abucheadas. La lucha estudiantil continuó y 10 días más tarde realizaron la marcha universitaria que hizo vibrar a México entero. La inacción de Barbosa ante la inseguridad, sus soluciones inefectivas y el empeoramiento de los graves problemas que padece Puebla bajo el gobierno morenista animaron la lucha a niveles que la sociedad y el gobierno no imaginaban.
Barbosa se intenta defender en ContraRéplica, su periódico oficial, que publicó: “Le dedico mucho tiempo a los asuntos de seguridad pública. Mucho tiempo. Sí le sé al tema… me he vuelto una especie de experto en esta materia”. Pues eso quizá se lo crea el director del periódico. ¿De veras piensa Barbosa que los poblanos le van a creer? ¡Eso es vivir muy alejado de la realidad! Veamos. Un periódico aseguró que, del 1 al 23 de febrero, el número de homicidios dolosos en Puebla fue de 81. Es decir, un promedio de 3.5 personas asesinadas al día. A inicios de marzo, El Sol de Puebla reportaba: “Cuatro personas al día fueron asesinadas en el estado de Puebla durante el mes de febrero, que sumó un total de 105 homicidios dolosos”. En enero, el INEGI reveló que el 92.7 de los habitantes de la ciudad Puebla se siente inseguro. Una de las promesas de campaña de Barbosa fue tener mil patrullas más para frenar la inseguridad; pero 374 patrullas rentadas no se usan y están estacionadas. Así nuestro “experto”.
En Puebla los problemas crecen y no hay absolutamente nadie que sepa cómo solucionarlos. El gobierno de Barbosa da palos de ciego en una entidad empobrecida, con cero obras públicas, con desempleo en crecimiento, con poca inversión empresarial, con servicios de salud que no atienden con eficacia a los poblanos y con una inseguridad que va, cada día, cuesta arriba: estamos ya entre las 10 entidades más violentas de México. Barbosa prefiere “pelearse” con las obras que realizó el morenovallismo, realizar “martes ciudadanos” que no resuelven nada, militarizar Casa Aguayo para que nadie se acerque a protestar y se pelea y agrede a todos los grupos sociales, económicos y políticos del estado: prensa, transportistas, BUAP, PAN, PRI, políticos de oposición, empresarios, ambulantes o el Movimiento Antorchista.
¿Y? Pues Barbosa es el peor gobernante. En todas las encuestas nacionales aparece en último lugar. Arias Consultores afirmó que a Barbosa sólo lo aprueba el 3% de los poblanos. ¡Mal! ¡Muy mal! Y como no se sabe gobernar y sus errores desgastan electoralmente a su partido político, entonces se persigue a los grupos sociales que son peligrosos electoralmente. Por eso Barbosa, de forma ilegal, le negó el registro como partido político a 300 mil ciudadanos poblanos y que buscaban un nuevo partido político que compita y gane electoralmente para hacer de Puebla un lugar seguro, con obras sociales que beneficien a todos y para combatir a la pobreza que nos agobia. Es decir: para poner a Puebla en sus dos pies y caminar con rumbo claro hacia un futuro mejor. Barbosa sabe que el Movimiento Antorchista Poblano le ganaría las elecciones en 2021 y amenazó a sus líderes con la cárcel, la fabricación de delitos y las amenazas de muerte. Así gobierna el fascismo morenista.
¿Qué hacer? Así como la juventud enérgica y combativa que protestó, hay millones de poblanos más que sufrimos muchos graves problemas. ¿Barbosa y su gobierno resolverán? ¡Imposible! La única salida es que los ciudadanos conscientes de la urgencia de un cambio formemos un bloque con un único con un objetivo: sacar a Morena del gobierno de Puebla. Urge, pues, una fuerza de masas gigante y politizada que les dé batalla y los expulse del gobierno de Puebla. No hay de otra.