CAMBIO DE GIRO. Debido a que el costo de mantenimiento es muy elevado, el Ayuntamiento capitalino optó por cerrar el ojo de agua.
Por: Mario Galeana
Foto: Archivo
La playa del Parque Amalucan será cerrada debido a su alto consumo de agua y costo de mantenimiento. En su lugar, el Ayuntamiento de Puebla instalará fuentes danzarinas y un estanque artificial donde estará prohibido nadar.
La titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad, Beatriz Martínez Carreño, explicó que la operación mensual del ojo de agua, inaugurado en la gestión de Antonio Gali Fayad, requiere de una inversión de 140 mil pesos y el uso de 175 pipas de agua, lo que se traduce en un gasto anual de un millón 680 mil pesos.
“La esencia o la vocación de ese ojo de agua nunca fue para que la gente se metiera a nadar. Lo ideal es dejar una parte con fuentes que permitirán a los jóvenes y a los niños divertirse y aparte mantener el espejo de agua como atractivo, sin que se utilice como alberca”, justificó.
Para la construcción del estanque y las fuentes danzarinas se invertirán 2.5 millones de pesos, con lo que se colocarán tableros de control de la fuente, además de un sistema de tuberías y la edificación de un muro de contención.
Dentro de las obras se incluye la instalación de un sistema de captación pluvial y reaprovechamiento del agua. Con esto, el gobierno de la capital espera ahorrarse 60% del consumo de agua potable que actualmente se requiere para la obra.
“Lo que estamos buscando es una transformación de la inversión ya hecha. Creemos que las fuentes danzarinas pueden ser un atractivo para una gran parte de la población”, señaló.
El espejo de agua del Parque Amalucan fue clausurado desde agosto del año pasado bajo el alegato de que se requería más personal para cuidar a quienes desearan nadar en él.
EL RECUENTO
El parque y la playa artificial fueron inaugurados por Antonio Gali el 17 de julio de 2018 con una inversión de 324 millones de pesos. Con estos recursos se adecuaron dos espejos de agua, se acarreó arena artificial y se construyeron canchas de futbol, un módulo de lectura y un auditorio al aire libre con capacidad para 300 personas.
La operación del espejo de agua resultó inviable, pues antes de su clausura definitiva estuvo cerrado en cuatro ocasiones por contaminación.