Garganta Profunda
Por: Arturo Luna / @ALunaSilva
El ex gobernador Mario Marín tendría, ya sea por la vía jurídica o por un acuerdo político, un pie en la calle. Prepara su salida de la madriguera en que se esconde desde el 16 de abril, por la orden de aprehensión por la tortura de la periodista Lydia Cacho, en 2005. Aunque el beneficio que le otorgó este martes el Segundo Tribunal Unitario del Vigésimo Séptimo Circuito no lo libra completamente de la detención y la misma periodista aseguró que es un tema técnico, que se salva con una nueva orden de captura por este delito considerado grave, pareciera que se abre el camino para que el poblano regrese a su vida, la privada y la política, de la que nunca se ha alejado del todo. Con este extraño y enésimo posible retorno del Góber Precioso también muchas cosas, desde su siempre siniestra y controvertida presencia, se moverían en los andamios de la grilla local.
Nada raro sería ver en los próximos días o semanas a Marín Torres caminando campante por doquier; celebrando con sus amigos y lanzando proclamas.
Pareciera una carambola de tres bandas.
Pero no en sentido estrictamente jurídico, sino con la posibilidad del acuerdo bajo la mesa, como Garganta Profunda ya antes planteó.
Lydia Cacho Ribeiro, la autora de Los Demonios del Edén, y víctima del célebre Preciosogate, advirtió que el recurso no va al fondo del caso y que sigue vigente la posibilidad de captura de los tres.
Mario Marín no ganó amparo, pues al tratarse de tortura, un delito grave, no procede.
El ex gobernador de Puebla sólo estaría ganando tiempo para un acuerdo político, dice la periodista.
“La defensa de Mario Marín está buscando ganar tiempo para buscar algún tipo de acuerdo político. Lo que publican es incompleto, el amparo es negado. Sólo le exige a la magistrada que se haga una modificación”, dijo la escritora en entrevista con Periódico Central.
Antes, escribió en Twitter:
“#ULTIMAHORA El amparo es solamente para que la magistrada cambie de tortura federal a ley de Quintana Roo. NO se eliminan las órdenes de aprehensión. El castigo será el mismo. No nos rendiremos hasta que todos estén en prisión y sentenciados. #NoMásPederastasNoMásCorrupción”.
Desde su aclaración, este recurso de la justicia federal se recompone fácilmente con la liberación de una nueva orden de aprehensión.
¿Se hará?
O de verdad es el primer paso para la libertad plena, con base en un acuerdo extrajudicial.
De buena fuente, se sabe que los marinistas, los pocos que quedan, ya celebran la posible reaparición del oriundo de Nativitas Cuautempan.
La ven cercana.
A tiempo para la preparación de las elecciones intermedias de 2021.
Con margen de maniobra, previo de la obtención del registro como partido ante el Instituto Nacional Electoral (INE) de las Redes Sociales Progresistas (RSP), la organización de Elba Esther Gordillo Morales, nuevamente su sólida aliada.
Con espacio para meter, una vez más, la mano en las internas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla.
En donde Marín gana con cualquiera de sus peones, el Comité Directivo Estatal (CDE).
Lo mismo su siempre manipulable súbdito, Alberto Jiménez Merino, que con la punta de lanza de la dirigencia nacional, Xitlálic Ceja, que con el ex presidente municipal de Quecholac, Néstor Camarillo, quien alguna vez fue llamado a declarar por temas de huachicol.
Incluso, Marín tendría ascendencia en el priismo poblano si se queda al frente Lorenzo Rivera.
Sería, si se da antes del 24 del próximo mes, un regalo navideño para él, quien en los oscuros días de fuga pudo ver quiénes son realmente sus amigos.
Deberá hacer un inventario de lealtades.
Quiénes faltaron a los acuerdos y quiénes se desmarcaron en público, aunque antes comieron de su mano.
Ahí está, más latente que antes, esa posibilidad.
La del tiempo de las preciosas revanchas.