Economía, Política y otros Pecadillos
Por Michel Chaín Carrillo
Economía
Dicen que al perro más flaco se le cargan las pulgas y la economía mexicana parece confirmarlo. A la crisis de confianza entre los inversionistas, que se arrastra desde la cancelación del NAIM, y el impacto de la crisis de seguridad interior que se dio en Culiacán, hay que añadir el retroceso de México en el “Doing Business” y los focos rojos por el desempeño del sector de la construcción.
El “Doing Business”, realizado por el Banco Mundial, es un ranquin que compara la facilidad para abrir y operar un negocio en distintas partes del mundo. En términos generales es un referente entre analistas e inversionistas para darse una idea del “clima de negocios” en las diferentes economías, tanto nacionales como subnacionales, y orientar así sus recomendaciones o el destino de sus inversiones.
La publicación 2019 reporta un retroceso de 5 lugares para la economía nacional que pasa del lugar 40, en el reporte de 2017, al lugar 54 de 190 países; de manera más precisa, y preocupante, el retroceso se explica por la caída del país en los 10 indicadores que considera el estudio. Todavía peor: México pierde el primer lugar entre los países de Latinoamérica.
Los resultados del Doing Business podrían servirle al Gobierno Federal para dar un golpe en la mesa, hacer suyo el tema de la mejora normativa y así hacer un “borrón y cuenta nueva” para relanzar al país como destino de inversiones, reconstruir la confianza y no repetir los errores que en este 2019 generaron un crecimiento del 0%. Digo “podrían” porque hasta el momento de escribir estas líneas, nadie en la Secretaría de Economía Federal o en el Gobierno de la República ha dicho ‘esta boca es mía’.
Por si esto no fuera suficiente, la semana pasada el Inegi dio a conocer el valor de la producción de las empresas constructoras al mes de agosto 2019 y los resultados difícilmente podrían haber sido peores. Partiendo que la construcción es fundamental tanto para hacer crecer la economía, vía sus efectos multiplicadores (siempre se generan negocios nuevos alrededor de las grades obras), como para facilitar la derrama económica por ser intensiva en mano de obra, preocupa que se hayan ligado 8 meses en los que, de manera consecutiva, el valor de este sector cae.
Y como al perro más flaco se le siguen cargando las pulgas, el análisis respecto a otros años es aún peor: en el comparativo agosto 2019 contra agosto 2018 la industria de la construcción perdió el 10.2% de su valor y agosto 2019 es el peor mes desde 2016.
Las conferencias mañaneras y las fotos con Carlos Slim o el CCE nacional no son una estrategia efectiva para reactivar la economía del país. El 2019 es un año perdido para la economía (y miles de familias mexicana) por lo que, ante un 2020 que ahora sí presenta un escenario internacional recesivo, es necesario que el Gobierno Federal haga ajustes. Si no, esto se puede poner de espanto.
Política
De manera afortunada, y luego de amenazas de que no pudiera realizarse, este fin de semana se celebró el Gran Premio de la Fórmula 1 en México. Más allá de discusiones estériles respecto a si es una actividad “fifí”, la F1 representa una inmejorable ventana para promocionar al país en todo el mundo y mostrar que México no sólo es narcotráfico y capos prófugos. Gracias a los buenos oficios de empresarios mexicanos se logró un acuerdo con el Gobierno Federal y el de CDMX para que, aunque no hubiera recursos públicos, se realizara el evento que, paradójicamente, ahora le cae como un bálsamo a la 4T.
Ya lo había preguntado y ahora lo repito: ¿de verdad no se podía hacer algo así con el NAIM?
Otros pecadillos
Una disculpa por un comentario tan personal e irrelevante, pero, a pesar de las canas, las panzas y las calvicies de casi todos, este fin de semana mi equipo de futbol 7 quedó campeón en el torneo sabatino en el que participamos. ¡Felicidades, jovenazos!