Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo
Nuevamente y como ha ocurrido en los últimos años en Puebla, el gobernador del estado se confronta con el presidente municipal en turno en la capital, aunque se trate de personajes del mismo partido político.
Así ocurrió en 1993 cuando Manuel Bartlett Díaz, en ese entonces gobernador por el PRI, arribó a Casa Puebla, llevando de la mano como compañero en Puebla capital al entonces edil, el ya fallecido Rafael Cañedo Benítez.
Bartlett Díaz de inmediato se dio a la tarea de intervenir al Ayuntamiento de Cañedo Benítez mediante dos figuras clave, el entonces síndico Ricardo Menéndez Haces y el otrora contralor José Antonio Fernández Brito, hombre de todas las confianzas de Jorge Estefan.
Manuel Bartlett no confiaba en Cañedo Benítez y en todo momento buscó minimizar al empresario radiofónico y someterlo a su mandato a través de diferentes personajes.
Lo mismo ocurrió con el arribo al poder de dos polos totalmente opuestos, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, uno gobernador del estado y el otro presidente municipal de Puebla.
Los enfrentamientos entre ambos personajes y sus equipos cubren un periodo en la historia de Puebla. Morales Flores buscó a toda costa bloquear el ascenso de Mario Marín al poder; en tanto, el polémico hombre nacido en Nativitas, Cuatempan, descarriló al delfín melquiadista, Carlos Alberto Julián y Nácer en la elección de 2001, aliándose con El Yunque.
La pugna entre melquiadistas y marinistas derivó en que el PRI perdiera el poder en Puebla en las elecciones de 2010, donde por primera vez el PAN, con Rafael Moreno Valle Rosas (melquiadista), obtuvo el triunfo sobre el priista (marinista), Javier López Zavala.
En 2005, Mario Marín Torres arribó al gobierno de Puebla de la mano de su odiado adversario Enrique Doger Guerrero, ex rector de la BUAP y quien incursionaba por primera vez en el área política.
Los choques entre Mario Marín y Enrique Doger fueron constantes y célebres desde la misma campaña, donde el nacido en Nativitas quería como compañero de fórmula a su amigo, el también empresario radiofónico Mario Montero Serrano, pero tuvo que aceptar que Melquiades le impusiera a Doger.
Cómo olvidar la entrevista realizada por el periodista Arturo Luna Silva, en plena campaña, donde abiertamente el entonces candidato Mario Marín reconoció públicamente su aversión a Doger Guerrero cuando dijo: “Si por mí hubiera sido, el candidato a la alcaldía habría sido, Montero, Valentín o Zavala”.
Ese arranque de sinceridad fue el inicio de la guerra entre ambos personajes, conflicto que arreció en 2006 con el escándalo de Lydia Cacho, cuando Doger Guerrero apostó con todo para tirar a Marín Torres e ir a una nueva elección, con él como candidato, lo cual no ocurrió.
El resto ya es historia, los enfrentamientos entre ambos personajes también derivaron en la fractura del tricolor y su posterior derrota a manos de Moreno Valle.
Ni el cambio de partido en el gobierno apaciguó los choques constantes entre gobernador del estado y presidente municipal de la capital.
Los encontronazos entre Rafael Moreno Valle y Eduardo Rivera también fueron de época.
Rafael hizo hasta lo imposible por bloquear a Rivera y someterlo a su control, chantajeándolo con recursos, pero sobre todo con su cuenta pública. Sólo el PAN nacional y la ambición de Rafael Moreno Valle de convertirse en el candidato del albiazul a la presidencia de la república salvó a Lalo de terminar muy mal su periodo.
Hoy de nueva cuenta se vive un episodio igual en la relación, curiosamente de dos personajes, también emanados del mismo partido, el gobernador Miguel Barbosa y la alcaldesa Claudia Rivera, quienes se anticipa tendrán un enfrentamiento de antología.
El mandatario estatal ya decodificó como una señal de guerra el golpe mediático en contra de su persona, publicado en la columna Templo Mayor del periódico Reforma.
Las cosas se van a poner candentes entre ambos personajes, quienes también ya desde la campaña, arrastran varias diferencias y las cuales se van a incrementar luego de la famosa columna, la cual seguramente no quedará sin respuesta.
BUENA DECISIÓN
Uno de los mejores nombramientos que ha realizado la nueva administración estatal recayó en la designación de David Mendoza como subsecretario dentro de la Secretaría del Bienestar.
David es un académico de toda la vida, un hombre estudioso, comprometido con los números, pero sobre todo es honesto e inteligente.
Enhorabuena David, sé que harás un excelente trabajo.