La Entrega

Por: Adrián Ruíz / ruizdur@hotmail.com

 

Apenas definida la gubernatura a favor de Luis Miguel Barbosa Huerta, otra contienda se avecina y en la que se presagia de todo. La manzana de la discordia es la presidencia municipal. Responsabilidad que a la munícipe Claudia Rivera Vivanco le quedó grande.

La baraja de posibles aspirantes, de acuerdo con la clase política, es extensa. En cada partido se maneja un par de ellos por lo menos. Sin embargo, todos van con mínimas posibilidades.

La preferencia de los electores la tiene Morena. Se vislumbra en el corto tiempo que el candidato que emane de esa fuerza política tendrá más posibilidades de alcanzar la meta.

Por ello, la carrera inició en las filas de este partido. Los competidores: Fernando Manzanilla Prieto y Gabriel Biestro Medinilla.

Los dos, con el apoyo natural al estar dentro de la jugada con sus puestos políticos. Sobre todo, que cuentan con la amistad y respaldo de quien manda desde hace ocho días en el estado.

El primero, con el poder que otorga la Secretaría de Gobernación y la experiencia del proceso electoral del sexenio morenovallista. El segundo, como presidente de la Junta de Gobierno en el Congreso del estado.

Ambos son amigos del gobernador Miguel Barbosa. El segundo, con más años. El primero, a partir de que coincidieron en el Senado de la República.

En lo sucesivo, los dos deberán tener cuidado con cada paso que den en la carrera. El mínimo tropezón lo hará perder y quedarse en el camino.

Como ninguno quiere correr riesgos, desde sus trincheras empezaron a tejer el control de las fuerzas políticas, así como la suma de los cuadros y grupos políticos.

Aglutinar el mayor número de seguidores a sus respectivas causas determinará al vencedor.

Sólo uno será el afortunado. El banderazo de salida fue dado. Quién cometa menos errores llegará a la meta.

 

REPORTE DEL INFORMANTE

Programa ficticio. El programa Bachero que con bombo y platillos anunció el mes pasado el secretario de infraestructura del Ayuntamiento de Puebla, José Román Romano, es otra más de las pifias del inexperto funcionario.

La promesa de reparar más de dos mil metros cuadrados diarios de baches quedaron en eso: una promesa incumplida. La realidad es cruda para los automovilistas. La capital está convertida en un campo minado.

Sólo Román Romano conoce el destino de los 26 millones de pesos destinados para los 120 mil metros cuadrados a reparar en 60 días.

Las 24 cuadrillas anunciadas para laborar en calles primarias y secundarias brillan por su ausencia. Sólo en la imaginación del secretario trabajan.

Las pruebas de la incompetencia de la administración municipal están presentes a lo largo y ancho de la ciudad. La temporada de lluvias acrecentó el problema de baches. Sortear los hoyancos es toda una odisea para los conductores.

La capital poblana se le cae a Claudia Rivera, quien recompensa la ineptitud de sus colaboradores con la ratificación en sus cargos.