Palimpsesto
Por Víctor Florencio Ramírez Hernández
Sócrates dijo «sólo sé que no sé». El presidente López dice tener otros datos (los únicos que cuentan) o los argumentos para convencer a quienes son sus subordinados, no obstante se suponga que saben más que él del asunto en cuestión.
Sócrates cuestionaba y ejercía la autocrítica. El presidente López ha manifestado que él solo habla con la verdad, el error le es ajeno, quien no comparte su visión está equivocado y es malvado.
Sócrates se cuidaba de contradecirse y que sus interlocutores lo hicieran. El presidente López maneja su discurso como si el pasado (su pasado, a veces inmediato) no existiera.
Sócrates discutía para ayudar a encontrar las razones y clarificar los conceptos de lo que se hacía o decía. El presidente López decide sin tomar en cuenta las evidencias o en contra de ellas.
Sócrates fue acusado de corromper a la juventud por empujarla a cuestionar, a usar razones, a revisar lo que hacían. El presidente López está corrompiendo a la juventud al regalar dinero con las becas. Para muchos adolescentes, el conocimiento está dejando de ser importante; en vísperas de iniciar su ciclo escolar, piensan qué harán con el dinero de su beca y lo académico no cuenta. El esfuerzo está dejando de ser importante. ¿El destino del dinero? Nadie sabe cuánto de las becas ha fomentado adicciones, cuánto se ha dilapidado en borracheras, cuánto se ha gastado en ropa de marca, en teléfonos celulares…
Sócrates se esforzaba por prever, por valorar las consecuencias de lo que hacía o decía. El presidente López no tiene la responsabilidad de adelantarse a los hechos y prever cuáles serán las acciones y el comportamiento de los escolares cuando se decida ya no dar el dinero de la beca.