Millenials

Por: Estefanía Ruanova/ @AnnRuanova

“Somos poderosos porque hemos sobrevivido en el tiempo”

Anónimo

 

Mis queridos lectores, nuevamente nos leemos; sin embargo, esta no es una semana o un día cualquiera ni mucho menos una columna más, hoy es un momento muy especial, ya que estamos cumpliendo 2 años compartiendo este espacio tan maravilloso y que gracias a todos ustedes sigue creciendo para poder abordar diversos temas, de interés mutuo.

A lo largo de estos años y columnas hemos tenido la oportunidad de expresar algunos temas con mayor profundidad, temas que nos permiten compartir experiencias, pensamientos, ideologías, creencias, etcétera, y aunque no somos aún del todo entendidos ya logramos abrir un pequeño camino para poder platicar de todo lo que somos, lo que vivimos y lo que queremos.

Hemos abordado temas de interés, hasta algunos muy banales; sin embargo, todos en algún momento han formado parte de nosotros para poder hacernos crecer y llegar hasta donde ahora estamos.

Es bien sabido que los Millennials somos una generación rebelde, sin reglas, liberales, sin penas ni prejuicios, es más, somos hoy en día la generación con más caos en el mundo que ninguna otra. Sin embargo, siempre hemos sido una generación de personas “únicas”, de esos seres irrepetibles que nadie ha visto antes, por ello, siguen sin comprendernos del todo, pero es importante mencionar, que nosotros abrimos esa puertecilla de las nuevas y más locas generaciones que puede esperar el mundo.

Cómo todos saben, el mes de junio es el mes internacional del Orgullo LGBT y este se hizo más fuerte a partir del año 2010; si bien, ya era celebrado con anterioridad por otras generaciones, nunca se había visto la fuerza de este orgullo hasta hace apenas algunos años, todo esto se debe a que nuestra generación tiene una pensamiento más open mind, y nos permite más limitaciones en su forma de ser, creer o crecer, siendo así un apoyo más fuerte para esta organización que fue limitada y por muchos años ocultada por nuestros antepasados por miedo a la “represión social”.

Muchas personas siguen señalándonos, mencionando que no tomamos las cosas con esa responsabilidad y madurez como lo hacían nuestros padres hace tiempo, incluso, siguen juzgándonos por no conformarnos con cualquier trabajo, por seguir nuestros sueños y aspiraciones y por no estar siempre de acuerdo con todo lo que nos imponen. Sin embargo, es importante ver que no todo lo que hoy hacemos, decimos o vivimos está mal, simplemente nuestros intereses son otros, y uno de ellos es poder ayudar a todas las personas de la comunidad LGBT a no sentirse solas, desplazadas, señaladas o excluidas de nuestra sociedad, ya que todos somos seres humanos y merecemos el mismo respeto y valor que cualquier persona.

Nosotros hemos caminado por un tiempo diferente al de nuestros padres, hemos experimentado otras cosas, formas de vida, estilos, costumbres, tradiciones, etcétera, pero eso no nos hace menos a nadie, sólo nos hace diferentes y capaces de disfrutar la vida desde otra perspectiva.