Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Los días más aciagos se aproximan para el PRI, que obtuvo la votación más baja en toda la historia de este instituto político; además, la mayor parte de su estructura, como lo vimos, está en poder de Morena.
La degradación del que fuera el partido hegemónico en Puebla hasta 2010 es producto de una serie de muy malas decisiones que se tomaron a nivel nacional y local que derivaron en el derrumbe del ex partidazo.
En una pasada entrega mencioné que el Revolucionario Institucional pagó el precio de su servilismo hacia el morenovallismo, pero ahora se ha convertido en un apéndice de Morena, lo cual tampoco augura nada bueno para este partido político, mismo que elección tras elección ha perdido votos.
El mensaje enviado por la sociedad el pasado domingo 2 de junio fue muy claro, la segunda opción para los poblanos y ya vista como una clara oposición a Morena es el panismo, por eso el tricolor se fue hasta el tercer lugar de las preferencias.
El alto nivel de rechazo hacia el tricolor no sólo es producto del entreguismo, sino también por el hecho de haberse alejado de su base y sobre todo traicionar sus principios sociales, los cuales hoy en una buena parte están en manos de Morena y los programas del presidente de la República.
Pero también es evidente que el canibalismo terminó por matar a este partido y muchos de sus candidatos. Producto de sus traiciones cayeron derrotados, Javier López Zavala, Enrique Agüera Ibáñez, Blanca Alcalá y Enrique Doger Guerrero y ahora Alberto Jiménez Merino, todos ellos cuadros que de alguna u otra forma eran competitivos y que fueron devorados por sus congéneres.
Nada bueno se ve en el panorama del tricolor a corto plazo, salvo que venga una total y absoluta reestructuración de sus cuadros. Haciendo ya a un lado a todos aquellos que terminaron por traicionar a este partido y se entregaron a quienes en el papel eran sus adversarios.
La reestructuración del ex partidazo pasa por la del tricolor a nivel nacional, donde Alejandro Moreno (Alito), gobernador de Campeche con licencia, y la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, se juegan la dirigencia del ex partidazo y los restos de lo que aún queda del tricolor. La simulación dentro del tricolor es tal que ya incluso ocasionó la renuncia de uno de los pocos cuadros decentes que aún quedaban dentro del ex partidazo, el ex rector y ex secretario de Salud, José Narro Robles.
Alejandro Moreno, Alito, representa los intereses del presidente Andrés Manuel López Obrador y en los hechos sería concretar la alianza Morena-PRI rumbo a 2021.
Ivonne Ortega tampoco es una alternativa que marque diferencia, la ex gobernadora y ex secretaria General del PRI debe marcar claramente su distancia con la vieja clase política priista, los Peña, los Beltrones, los Gamboa, a los cuales ya la gente detesta y que desalientan a la sociedad para creer en el PRI.
Suena descabellado que Ivonne Ortega pueda hacer esto, pero si no realiza una cirugía mayor al enfermo en etapa terminal que es el PRI, difícilmente este partido se podrá recuperar rumbo a 2021.
En Puebla también debe venir una reestructuración total de sus cuadros, empezando por hacer a un lado a quienes traicionaron a este partido y a su ex candidato Jiménez Merino operando a favor de Morena, pero también a la dirigencia sin pies ni cabeza que encabeza Lorenzo Rivera.
El PRI se debe abrir a la participación de los jóvenes y de nuevos cuadros que estén dispuestos a caminar y a ganarse a pulso las postulaciones a puestos de elección popular, hombres y mujeres que estén cerca de la gente y basados en la experiencia de personajes como Silvia Tanús Osorio, priista de cepa que a pesar de todo se mantiene dentro de las filas de este partido.
No todo está perdido para el tricolor y la muestra es que a pesar de todos los pesares, ganaron cuatro de las cinco alcaldías donde se repitieron las elecciones y sólo perdieron en Tepeojuma.
Paradójicamente, el PRI es el partido que gobierna el mayor número de municipios en la entidad y estos alcaldes deben ser quienes tomen el control del ex partidazo y marquen el rumbo de la reconstrucción de una tercera fuerza que siempre será necesaria para democracia mexicana.
HASTA EN TRANSPARENCIA RETROCEDE EL AYUNTAMIENTO DE CLAUDIA RIVERA
De acuerdo con las últimas evaluaciones realizadas por las organizaciones no gubernamentales que tienen como misión medir la transparencia con la cual trabajan los ayuntamientos, Puebla capital ha cedido terreno en este rubro con la alcaldesa Claudia Rivera al frente.
Con el panista Eduardo Rivera Pérez, en 2013 y 2014, la Comuna tuvo una calificación de 100%; con Tony Gali, en 2015 y 2016, la calificación se mantuvo en 100%; con Luis Banck, en 2017 y 2018, las cifras disminuyeron al pasar a 98% y 97.6%, algo poco significativo, pero con la actual alcaldesa hubo un derrumbe de 10 puntos al pasar a 90% de acuerdo con el Itaipue.
Algo está pasando en la presente administración que los números no son tan buenos.