Por: Notimex
La pérdida de especies, ecosistemas enteros y la diversidad genética se identifican como una amenaza generacional para el bienestar humano, afirmó la investigadora de la Universidad de Lund e integrante del equipo del Informe de Evaluación Global de la IPBES sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas , Mine Islar.
Destacó los resultados de ese informe, el más completo realizado hasta ahora y que se basa en la histórica evaluación de ecosistemas, ya que los especialistas advierten, por ejemplo, que “expandir el área de tierra para la producción de alimentos y bioenergía, incluso si se hace más sostenible, tendrá efectos negativos para la biodiversidad y la vida silvestre”.
El Informe de Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés) sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas es el más completo y reveló que casi un millón de especies de animales y plantas están ahora en peligro de extinción.
Mine Islar consideró que la pérdida de biodiversidad es tan importante como el aumento de las temperaturas cuando se trata del impacto en la vida en la Tierra.
Destacó que el informe incluyó los conocimientos y experiencias de los pueblos indígenas, porque más del 20 por ciento de la superficie terrestre del mundo y 80 por ciento de la biodiversidad terrestre conocida del planeta es territorio indígena.
Explicó que según el conocimiento indígena y local, el informe muestra que muchos pueblos indígenas y comunidades locales observan cambios acelerados en la naturaleza y en los procesos ecológicos en los últimos 50 años.
Advirtió que esos cambios se consideran negativos para la naturaleza misma, y para las personas que habitan esos lugares. “Las modificaciones perceptibles son una disponibilidad decreciente de recursos, interferencia humana directa, pérdida de bosques y sabanas, y salud general de las poblaciones de animales salvajes”, señaló.
De acuerdo a la especialista, que da a conocer su punto de vista en la página electrónica de la Universidad de Lund, muchos pueblos indígenas aún administran sus tierras de acuerdo con los principios tradicionales y utilizan indicadores como la salud de la tierra, indicador que es compatible con los utilizados por los científicos occidentales.
La experta se refirió al “cambio transformador” al que hace alusión el informe del IPBES y que se define como la posibilidad de que la naturaleza pueda conservarse, restaurarse y usarse de manera sostenible.
Agregó que lo anterior demanda un cambio o una reorganización a través de factores tecnológicos, económicos y sociales.