Por: Agencia Notimex
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El desinterés de dar mantenimiento a los sistemas de almacenamiento de agua potable en el hogar, ya sean cisternas o tinacos, es un riesgo para la salud, ya que las bacterias y virus que se desarrollan en ese ambiente pueden causar enfermedades dermatológicas, gastrointestinales y hepatitis, entre otras.
El exceso de minerales, polvo, ramas, hojas, basura en general, animales pequeños que quedan atrapados e inclusive heces fecales de aves, además de los químicos en los productos que se usan para desinfectar afectan la calidad del agua que sale de los grifos y las regaderas.
En entrevista con Notimex, el médico Arturo Peñaloza Hernández, dijo que en la mayoría de los equipos el cierre no es hermético para que impida la entrada de microorganismos y peor aún es cuando se dejan sin tapa.
“El no hacer esa limpieza genera la proliferación de virus como el de hepatitis A y rotavirus, algunas bacterias que causan enfermedades en la piel, E-Coli, salmonella y parásitos que causan infecciones gastrointestinales”, señaló.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) indicó que los sitios de donde se toma el agua, como: ríos, lagos, manantiales o pozos, cuentan con el 41 por ciento del límite aceptable de calidad. Sin embargo, existen otros factores que afectan la calidad del agua que sale de la regadera o de los grifos.
La Secretaría de Salud a través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) recomienda la limpieza de los sistemas de almacenamiento cada seis meses.
Actualmente, los tinacos cuentan con tecnologías o aditamentos que ayudan como filtros que disminuyen el riesgo de que factores externos dañen el agua en estos contenedores.
Ernesto Rodríguez, experto en estos sistemas de almacenamiento, apuntó que éstos tienen una capa antibacterial que evita la reproducción de esos microorganismos en el interior cuando hay una correcta higiene, pero los contaminantes externos no pueden controlarse y eso degrada la calidad del agua.
Mencionó que en las cisternas es más complicado el control de contaminantes, ya que las tapas son por lo regular de lámina y no hay un cierre hermético, además se encuentran al ras del suelo, lo que provoca que las pisen y se deformen.
Para la limpieza se aconseja cerrar la llave de paso unos días antes de esta acción para que se vacíe y no se desperdicie agua. Se debe dejar un poco de líquido para cepillarlo con una escoba dedicada únicamente para este fin, para evitar añadirle basura y posteriormente se debe enjuagar y vaciar por completo para llenarlo nuevamente.