Complicaciones en su desarrollo, enfermedades de transmisión sexual, desnutrición, problemas cardiovasculares y hasta la muerte son los riesgos que podrían presentar las adolescentes durante un embarazo no planeado.
Asimismo pueden contagiarse de una enfermedad de transmisión sexual curable o incurable, así como la disminución de inmunidad en su cuerpo, complicando su condición.
La responsable del Servicio de Salud Reproductiva y Planificación Familiar comentó que a nivel estatal el IMSS en 2018 presentó 16 mil 500 casos de mujeres embarazadas, el 10% son de adolescentes de entre 12 y 19 años.
Aseveró que el Instituto Mexicano del Seguro Social reportó que en la entidad poblana durante el año pasado, 318 embarazos de mujeres menores de 14 años de edad, aunque afirmó que estas cifras han bajado en los últimos años.
Los municipios en los que existieron más registros de este tipo fueron Yehualtepec con 26 casos, Chignahuapan con 19, Tepexi de Rodríguez con 15 y San Andrés Cholula con 11.
Por otra parte según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México ocupa el primer lugar en embarazos en adolescentes, con una tasa de 77 nacimiento por cada mil jóvenes de 15 a 19 años.
Aunado a esto en México, 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y 19 años, de la estos, 15% de los hombres y 33% de las mujeres no utilizaron ningún método anticonceptivo en su primera relación sexual.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de Puebla, de 2016 a 2017 hubo una disminución de embarazos de jóvenes menores de 15 años, al bajar de mil 116 casos a 956.
De la Cruz Enríquez recalcó el compromiso y las acciones de prevención que realiza el IMSS, así como las de distribución de anticonceptivos y pláticas sobre sexualidad.
“El instituto tienen la unidades uno, dos, seis,12, 55 y 57 que cuentan con módulos especiales de planificación y prevención”, declaró.
Refirió las acciones de la Unidad Médica número 2, que en promedio entrega 700 métodos anticonceptivos, entre los más comunes está el DIU de cobre, hormonal y el implante.
Del mismo modo señaló que esta problemática es de responsabilidad compartida por parte de las familias, las instituciones educativas y médicas.
