Las Serpientes
Por: Ricardo Morales / @riva_leo
El diputado José Juan Espinosa Torres nunca imaginó que iba a terminar lamentando la muerte de Martha Erika Alonso y de su esposo el senador Rafael Moreno Valle ocurrida el 24 de diciembre de 2018.
El legislador, quien encabezó con lujo de violencia la toma del hotel MM, donde supuestamente operaba una mapachera morenovallista, se soñó siendo el próximo gobernador de Puebla y por supuesto que tenía posibilidades.
Había logrado imponer como senadora a su esposa Nancy de la Sierra; como presidente municipal a su compadre y delfín, Luis Alberto Arriaga Lila; era el presidente de la Mesa Directiva del Congreso y actuaba como si fuera el líder de la Junta de Coordinación. Por si fuera poco, la 4T encabezada por Andrés Manuel López Obrador estaba por tomar el poder, parecía que el popular JJ se había encontrado el “trébol de cuatro hojas”.
Arrancó la Legislatura y José Juan se había convertido en el azote del morenovallismo, el diputado por el Partido del Trabajo en bloque con Morena era la principal figura del movimiento lopezobradorista.
Pero su estrella se comenzó a eclipsar durante la toma de posesión de Alonso Hidalgo. El en ese entonces diputado federal por el PES y hoy secretario General de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto fue sorprendido por una lente indiscreta texteando con el líder del Congreso, Gabriel Biestro: “Hay que tener cuidado con este cuate, nos va a complicar mucho las cosas”.
Tras la muerte de la gobernadora, las cosas se le complicaron aún más a José Juan. Nadie sabe a ciencia cierta por qué Espinosa Torres rompió con quien había sido su líder político, el entonces ex candidato al gobierno Luis Miguel Barbosa Huerta. Muchos llegamos a pensar que sólo era de fachada la ruptura, pero no fue así.
Gabriel Biestro, quien en todo momento se mostró leal a Luis Miguel Barbosa, comenzó a tomar el control de la Legislatura local, los despidos de la gente ligada a Espinosa Torres no se hicieron esperar hasta que le tocó el turno al propio diputado local por el distrito 20 con cabecera en la ciudad de Puebla.
Su cuenta pública de 2015 presenta observaciones por más de 30 millones de pesos, por lo que el viernes pasado, con 27 votos a favor, seis en contra y cuatro abstenciones, se aprobó el inicio de un procedimiento administrativo en contra del diputado local y ex edil, quien ahora se dice perseguido político.
Nadie llora por José Juan, cuyo protagonismo le ganó a pulso mucho del rechazo que vive, lo que llama la atención es que se haya procedido en su contra sólo como represalia por no ajustarse a las órdenes de la 4T.
Paradójicamente como lo dije al inicio de esta columna, José Juan seguiría siendo “héroe” y no “villano”, si Martha Erika Alonso no hubiera muerto y tal vez, hasta sería intocable.
Esto revela una vez más la “doble moral” que envuelve al movimiento lopezobradorista, donde la “justicia”, sin lugar a dudas se ajusta al modelo juarista: “Para los amigos la ley y la gracia, para los enemigos, la ley a secas”. Esta Morena, al menos en su versión poblana, cada día se asemeja más al morenovallismo.
ALGO ESTÁ MAL EN EL SISTEMA EDUCATIVO POBLANO
Dos recientes nombramientos se suman a una serie de malas decisiones tomadas al interior de dos de los sistemas educativos más importantes en el estado.
Me refiero a lo ocurrido en el relevo de la Universidad Tecnológica de Puebla y también a la designación del nuevo director del Colegio de Bachilleres de Puebla. Vamos por partes.
La semana pasada concluyó el periodo para el cual fue designado como rector de la UTP Bernardo Huerta Couttolenc, por lo que la junta de gobierno se reunió para designar al nuevo rector de esa casa de estudios.
Fue entonces cuando sucedió lo realmente grave, pues se puso sobre la mesa la designación de Rodolfo Ramos García, el cual fue ratificado por todos los integrantes de la junta de gobierno, entre las que se encontraba la subsecretaria de Educación Superior de la SEP.
Hasta aquí no parecía haber ninguna sorpresa, hasta que una voz inteligente hizo notar que la ley establece que para ser rector de la Tecnológica de Puebla era indispensable que el candidato tuviera el título de maestro, el cual no tiene Ramos García.
Ante la observación, se hizo un receso para estudiar el caso y ver qué se podía hacer. Durante la pausa, esta misma voz inteligente sugirió que para no violar la ley se designara un rector interino en lo que Ramos podía presentar su título de maestro, pero haciendo caso omiso y violando la ley se procedió a través de la junta de gobierno a designar al nuevo rector de la UTP, quien no cumple con los requisitos.
En el otro caso, en la designación del nuevo director del Colegio de Bachilleres, habría que revisar el expediente de Santos Alfonso Serrano Méndez, quien formó parte del grupo del tristemente célebre Alberto Guerrero, quien sumió al Cobaep en la época más gris de toda su existencia.
Al parecer lo que se busca es dejar a un lado la excelencia educativa y volver a la época del corporativismo en el Colegio de Bachilleres.