Mesa cuadrada
Por: Gabriel Reyes Cardoso / @GabrielReyesCa3
Se equivoca quién, en este año, piense que existe un partido capaz de ganar una elección por sí solo.
Se equivoca quién, en este año, piense en salvaguardar la pureza de los ideales. Porque ya no se usan.
Se equivoca quién, en este año, piense en rescatar su dignidad regresando a sus orígenes. Porque ningún partido ahora, es el original y ni siquiera se acerca a su “pureza de raza”.
Por eso se equivoca quién piensa, en el PAN nacional, que el próximo candidato a gobernador de Puebla, debe ser del grupo panista original (yunkero) y no, de los morenovallistas, nuevos neopanistas.
En sus prisas por ir asegurando victorias electorales los viejos partidos han ido hipotecando su patrimonio electoral y vendiendo o prostituyendo su patrimonio ideológico. Los tiempos han sido adversos para todos y por tanto, les han ido naciendo hijos que, como MORENA, les han salido más que respondones, contras y separatistas.
El tiempo de la 4a. transformación ha sido para los no auténticos, para los intelectualmente híbridos y para los prácticos. Quienes han ganado se formaron en las calles, en la rebeldía, en ese espíritu cosaco que a muchos les costó años en la cárcel. Ninguno de ellos fue al salón de clases de alguna escuela formadora de líderes.
Esta nueva etapa es para quienes pudieron, con valor e inteligencia, acoplar pensamiento y necesidad. Sentido común para acercar sus ideas a las demandas de la gente y no al revés como quisieron por más de 70 años los viejos partidos.
El PAN ganó su primera gubernatura con una macrocoalición muy clara. El PRD siguió pasos similares, el PRI tiene años de ganar con un aliado chiquito pero eficiente. Ninguno se espanta de eso. Pero la última votación prefirió las propuestas y no los membretes.
Pedir pureza de raza, autenticidad de ideales, liderazgos no contaminados con ideas contrarias, es vivir en tiempos, diría mi abuelita, en los que se amarraban los perros con longaniza y no se la comían.
Mal harían los panistas clásicos en olvidar que en Puebla, no fue el PAN el que ganó una gubernatura, por primera vez en la historia política local. Fue una MACROCOALICION, integrada por electores de muchos partidos con todo y sus membretes y registros.
Ha sido ese grupo PLURAL QUE SIGUE A RAFAEL MORENO VALLE el que le ha dado a los panistas nuevas razones de orgullo.
Claro, en eso también le ha dado nueva vigencia, limpió la caza y hasta cobró renta, porque muchos panistas antiguos ni cuenta se dieron cuando salieron o los sacaron de los edificios de pureza y candor.
Si el PAN nomina a un panista puro y casto, perderá las elecciones de ahora.
Muchos de quienes estaban en su FRENTE, nunca han sido ni serán panistas. Una decisión de este tipo los alejaría y aumentaría sus riesgos de derrota.
MORENA por su parte, analiza ir o no, con un candidato que tampoco es morenista puro, es un asociado perredista que de última hora, retomó el camino correcto.
En todas las democracias del mundo, nadie ve como pecado no ser de los originales o auténticos, lo de hoy es integrar, mezclar y adaptar. Eso es lo que una sociedad líquida como la de ahora, demanda.
Soluciones prácticas, inmediatas, nada complicadas con teoremas ideológicos y por supuesto que no requieren años de antigüedad y lealtad a algo que ya poco tiene que ver con lo de hoy.
El PAN tiene que ponerse las pilas y como dicen los chavos de ahora, bajarle dos rayitas a sus pretensiones de un abolengo que ni tienen, ni se los piden. Lo que es peor ni se necesita.