Mesa Cuadrada
Por: Gabriel Reyes Cardoso

Haya sido como haya sido.
Haya sido quien haya sido.

Lo cierto es que Puebla y los poblanos incursionamos ya en la Cuarta Transformación en un mar de inercias, unas naturales, otras inducidas. Sólo han sido diez días en los cuales MORENA no gobernó Puebla. Ahora todo puede suceder.

Y aquí nos tiene hechos bolas, presos de una madeja inentendible, inaceptable, impenetrable, imposible por momentos.

Lo más importante es cómo integrar nuestras demandas en las posibilidades nacionales, especialmente cuando algunas señales dicen que no estamos en la primera prioridad.

Lo otro es resolver la bronca local. Tener un gobernador o gobernadora interina para continuar este viaje inesperado a las urnas por allá de junio o julio, o vaya usted a saber cuándo se les antoje a los que mandan acá.

Los diputados poblanos no han podido o no han querido o no les han ordenado designar gobernador interino. Los de la mayoría juegan con el tiempo y piensan que les puede ayudar. Pero todos demuestran incapacidad evidente.

Los partidos están en el “examen de conciencia” para reconocer sus propias posibilidades para enfrentar un reto electoral que ninguno se esperaba.

La división y la confrontación habitan en sus casas y desespera a sus dirigentes.

Y los demás esperando que el panorama se aquiete, que las energías se encaucen y que alguien nos diga quién ganará esta elección para no equivocarse. Está en chino.

Morena, PT y Encuentro Social acusan síntomas de renegociación… cada quién con sus canicas, pero todos quieren absorber este territorio que se les fue de las manos el año pasado.

Dos personajes sobresalen: Miguel Barbosa, ex candidato que de volver a serlo tendrá que cargar con el peso de sus ofensas anteriores y sus agravios actuales. Y Alejandro Armenta, senador victorioso en Puebla, quien se convierte en ese caballo negro que tiene energía sobrada para ganar.

En el Frente cuyo liderazgo recae en el PAN, las cosas están más complicadas. Unos quieren recuperar su partido, otros conservar la gubernatura. Luis Banck tiene al día de hoy el respaldo de muchos grupos dentro y fuera del PAN, dentro y fuera de los demás partidos como el PRD, MOVIMIENTO CIUDADANO, NUEVA ALIANZA, COMPROMISO POR PUEBLA, PACTO SOCIAL DE INTEGRACION.

En el PRI, su prioridad es encontrar a sus militantes…

Se antoja seguir el modelo de Rafael Moreno Valle, esas macrocoaliciones que dan los votos extra que necesitan todos los partidos para ganar.

Pero encima de todo, primero es saber quién será el gobernador interino, vital para orientar este proceso electoral. Es la primera vez que un interino de este nivel tarda mucho tiempo en designarse, es la primera vez que un congreso es incompetente para hacerlo, pero no es la primera vez que a los diputados locales desde México les dirán quién será el interino.

Son días de una obligada calma que sólo anuncia una tormenta política difícil.

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