Las Serpientes
Por: Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
El filósofo español José Ortega y Gasset acuñó una de mis frases favoritas en política: “El hombre es él y sus circunstancias”.
Esta frase aplica perfectamente para lo que ocurre hoy en Puebla, donde dramáticamente las circunstancias cambiaron y dieron un viraje de 180 grados tras la muerte de Martha y Rafael, lo cual dejó sin cabezas al grupo político que dominó la escena por más de ocho años.
En este viraje el favorecido por las circunstancias pareciera ser el ex presidente municipal de Puebla y jefe de la oficina de la gobernadora, Luis Banck Serrato, amigo personal de ambos personajes y muy probable heredero de su legado político.
El discurso dirigido por Banck el día de las exequias de la gobernadora y del senador es una pieza digna de pasar a la historia de Puebla como uno de los mejores que se han escuchado, con el tono perfecto y con el énfasis adecuado.
Tan es así que de inmediato el sistema de inteligencia nacional, al servicio del presidente López Obrador, preparó las fichas correspondientes, respondiendo a la pregunta ¿Quién es ese tal Luis Banck?
El discurso caló hondo en el seno del lopezobradorismo, tanto así que el Presidente de inmediato salió a atajar todas las posibles sospechas que pudieran existir en torno a la supuesta intervención del Estado en el hecho.
Reitero, todo pareciera indicar que las circunstancias apuntan hacia Luis Banck Serrato como el heredero universal del capital político de Martha y Rafael, pero no es así.
Al interior del panismo se avecina una guerra interna por el control, en primer lugar del partido en Puebla y en segundo por la designación del candidato al gobierno del estado, el cual dicen debe recaer en un panista, panista.
Los grupos duros del blanquiazul, relegados por el morenovallismo, se aprestan a dar la pelea para recuperar su partido, el cual les fue arrebatado tras el triunfo de Rafael en 2010.
Hoy, los duros ven el momento y la oportunidad precisa para tratar de recuperar la dirigencia y hasta la candidatura a la gubernatura, sabedores de que es su oportunidad, ya que el morenovallismo se encuentra dividido, fracturado y confrontado.
Tras la muerte de Martha y Rafael, el galismo ha decidido pintar su raya del morenovallismo, fractura que ya se vislumbraba desde finales del año pasado.
El ex gobernador Tony Gali ha sido muy claro en señalar que su hijo, Tony Gali López, no participará ni buscara ser el mandatario interino o el candidato a la gubernatura, así de claro y directo ha sido en su mensaje el ex mandatario, quien mantiene una muy fría relación con varios integrantes del grupo morenovallista desde hace tiempo.
Ante este panorama, el panismo duro busca poner bajo la mesa la posible postulación de un personaje, el cual dejó un buen sabor durante su paso por la administración pública y que le disputó a Martha Erika Alonso la nominación a Casa Puebla, se trata del ex presidente municipal Eduardo Rivera Pérez.
Eduardo luchó por la nominación a la gubernatura, tanto así que obligó al morenovallismo a negociar a nivel nacional, a través de Ricardo Anaya, su postulación como candidato a la alcaldía de Puebla.
Rivera cayó derrotado el pasado 1 de julio, pero además de realizar un digno papel, siempre existió la sospecha de que en su fracaso pesó mucho la contracampaña orquestada por el morenovallismo, cuyo diseño electoral fragmentó el voto para favorecer a Martha Erika, pero que puso contra las cuerdas a personajes como Lalo, quien llevaba como adversario al líder del sindicato de trabajadores del Ayuntamiento, Gonzalo Juárez, quien compitió bajo las siglas del partido satélite Compromiso Por Puebla o el PSI que postuló a Víctor Gabriel Chedraui.
En resumen, a Lalo le pusieron una trampa al entregarle la candidatura del PAN a la alcaldía para sepultarlo políticamente, pero hoy las circunstancias pudieran favorecerle.
Rivera, pues, emerge hoy como un personaje con toda la calidad moral para poder reclamar la candidatura del blanquiazul a Casa Puebla y dar la batalla por este instituto político, el cual si de algo carece en este momento es de figuras para poder dar la pelea a Morena.
Paradójicamente las posibilidades de Eduardo Rivera crecen si es que Regeneración Nacional insiste en postular como abanderado a Luis Miguel Barbosa Huerta y éstas descienden si el partido del presidente decide no arriesgar e ir por la segura con el mejor aspirante que pudieran tener a la mano, que no es otro que el senador de la República Alejandro Armenta Mier.