Garganta Profunda
Por: Arturo Luna Silva / @ALunaSilva
En el cónclave de legisladores poblanos, locales y federales, de Morena, PT y PES de este miércoles con el ex candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa Huerta, se llegó al acuerdo de que la mayoría lopezobradorista en el Congreso local no consentirá que el mandatario interino sea un panista. El encuentro a puerta cerrada en uno de los salones del hotel Crowne Plaza dejó además una advertencia importante y un hecho que llamó enormemente la atención: la primera, que a pesar de que el mismo ex senador agradeció las muestras de apoyo, no se dio como candidato seguro en la contienda extraordinaria; y el segundo, su inusual amabilidad y cautela en las palabras, muy lejos de la soberbia y prepotencia de otros episodios.
El comentario entre varios de los asistentes es que Barbosa se mostró con un rostro muy distinto.
Incluso, pidió encarecidamente disculpas por haber llegado tarde al hotel de la reunión, pues venía de Tehuacán.
“Era otro”, comentó uno de los asistentes.
Ante las muestras de apoyo a su posible candidatura en la elección extraordinaria, tras la lamentable muerte de la gobernadora constitucional, Martha Erika Alonso Hidalgo, el ex abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia pidió prudencia y reconoció que esa contienda, que posiblemente llegue a las urnas en junio próximo, “no será nada fácil”.
En la reunión que, por supuesto, tuvo como tema central la situación política inmediata que vive la entidad tras la tragedia del pasado 24 de diciembre, el ex perredista agradeció el respaldo que le brindó la presidenta nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, quien anunció que sería nuevamente postulado.
Sin embargo, Barbosa literalmente dijo que no son todavía los tiempos y que no hay seguridad ni definición en este tema.
En su papel de líder moral del lopezobradorismo poblano, pero con un evidente cambio de tono, de 180 grados, para verse ahora mesurado, les pidió a diputados locales, federales y al senador Alejandro Armenta que cierren filas pues el morenovallismo es todavía muy peligroso electoralmente.
Convocó a los asistentes a no dejarse provocar por la “campaña sucia” que intenta echarlos a pelear, principalmente a él con Armenta, y por ahora abocarse solamente al tema del gobernador interno.
En ese sentido, y luego de la participación de otros oradores, se concluyó que los grupos legislativos de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES), que con 22 curules conforman la mayoría en el Congreso local, no cederán las riendas del estado a un panista, ni siquiera en los menos de cinco meses que los tendrá como interino o interina.
Se expuso que ese sería un “acto de bondad” que los panistas no tendrían con ellos, en caso de que los papeles fueran distintos.
Asimismo, que de ello dependerá la “equidad” en la contienda, pues ceder el control del estado a un militante de Acción Nacional (PAN) los dejaría en desventaja hacia la nueva elección.
Sería impensable ponerse ellos mismos el obstáculo, se dijo.
El consenso fue ir con un “neutral”, pero que simpatice con el lopezobradorismo.
Para ello, se reafirmó, cuentan con la mayoría simple para definir sin necesidad de consensos.
Un detalle también llamó la atención: la desmesurada zalamería del diputado local del PT, José Juan Espinosa Torres, quien llegó incluso más tarde que Barbosa y se desvivió en halagos y apapachos físicos con el ex candidato.
De él y un grupo surgió la arenga que se generalizó de “Barbosa gobernador”, en esta reunión.
En conclusión: Morena vela ya armas.
Sabe que la contienda será muy difícil y que los herederos de Moreno Valle y Martha Erika la pelearán con todo, tope donde tope.
Conocen los morenistas muy bien la leyenda de El Cid en su última batalla.
Aquel Rodrigo Díaz de Vivar que seguía ganando batallas a pesar de estar muerto.